- San José y San Miguel de Comondú.
- Con acuse de recibo, señor presidente.
- Dedicado al señor Raúl Olachea Lucero y Esthelita su esposa.
Era el 22 de diciembre hace 2 años y me comuniqué con el Ing. Ávila Aguilar para desearle feliz fin de año y una buena navidad. No sabía que andaba de gira con el gobernador y bajaban de la sierra de San Francisco. Me dijo cuándo le pedí que le trasmitiera mi saludo, te lo voy a pasar para que tú lo hagas. Un saludo rápido y aproveché para decirle que no olvidara a dos pueblos señeros como San Miguel y San José de Comondú, olvidados por la mano de Dios. Covarrubias me contestó que en los días primeros del año que estaba por iniciarse, textualmente: Lo voy a invitar a que me acompañe. Seguro que se le va a olvidar me dije. Avanzado enero del nuevo año recibí una llamada donde se me invitó a una gira por los pueblos antes ya mencionados. Acepté. Lo acompañé y el camino estaba concluido y solo faltaba el tramo de San Miguel a San José. En una reunión les propuso empleo temporal. Les cubrió sueldos para que esa gente buena se responsabilizara de la limpieza a sus huertas. Poco tiempo después la imagen de las comunidades se había transformado. Retomando lo de la primera visita escribí en mi columna: San José y San Miguel de Comondú “Una apuesta a la esperanza”. Hoy nuestros hermanos nos necesitan. El infortunio no puede detener el interés por ayudarlos. Covarrubias insistirá con la ayuda conjunta de volver hacer vibrar a las comunidades de San José y San Miguel. No los dejemos solos.
En otro tema, solicitamos al señor Presidente de la República que ponga atención a las reflexiones de alguien que ha luchado sin simulaciones en la tierra donde nací. Señor presidente, el tata de Jiquilpan, Lázaro Cárdenas del Rio, era un convencido del respeto a la investidura presidencial. Con esta premisa, debemos decirle que los sudcalifornianos nos sentimos ateridos, por la cantidad de alteraciones sociales, donde se ha tomado como campo de batalla nuestra entidad marcadamente en la capital del Estado, La Paz.
El Pacto de la Unión señor, como usted lo sabe, es el compromiso de los connacionales por coexistir en el progreso, La Paz la unidad la armonía y la concordia que dan forma al Estado de derecho. Si lo anterior se ve salpicada de sangre, debe la federación participar con mayor fortaleza y energía. Los ciudadanos nos dicen que estuvieron satisfechos por su reiterada presencia en Los Cabos a raíz del huracán “Odile”, pero, le decimos con todo el respeto que su personalidad nos merece para todos nosotros también es valiosa por encima de todas las cosas el respeto a la vida y a la dignidad humana. Las acciones interinstitucionales no han bastado, y no porque no lo quieran los gobernantes si no que, se requiere de la mano del presidente de los mexicanos.
Los daños colaterales nadie los puede pagar. Se inició el histerismo social, porque muchas gentes pueden estar el día y el lugar equivocados a la hora de la metralla. Todo estos problemas señor presidente, derivan hacia intentos de secuestros de infantes, no sabemos si para pedir rescate o para el tráfico de órganos, pero ahí están los hechos. Estamos conscientes de que sus ocupaciones son múltiples, que la responsabilidad de una nación implica muchos esfuerzos, pero también nosotros somos mexicanos nos regimos por la Constitución Federal del país y por la del Estado así como las leyes orgánicas de los cinco municipios, hemos sido leales al proceso histórico de esta Nación. Nuestros antepasados lucharon contra la intervención norteamericana y la intervención francesa, así como las vidas que se aportaron en la Revolución mexicana. No estamos desligados de las tradiciones de la Nación pero hemos defendido las formas culturales de los sudcalifornianos que desde tiempos inmemoriales han luchado por el engrandecimiento heredado por los padres de nuestros padres. Por ello pedimos su intervención porque creemos que esa es la forma de fortalecer las acciones que se desarrollan en estos momentos. Se ha dicho señor, que no se aplica ese procedimiento porque el problema es menor. No puede ser menor en una ciudad que con 300 mil habitantes aproximadamente ya cuenta con 115 ilícitos de primera magnitud. Lo saludo con respeto y con cordialidad.