ECO PENINSULAR
• Manuel Ávila Camacho. • Tuvo a su hermano incómodo. • CMD: Reconoce a las fuerzas armadas. • Félix Ortega Aguilar, buen papel en su desempeño.
Alfredo González González.
Algunos presidentes de México, han tenido el sello distintivo aplicado por el núcleo popular por algunas razones familiares. En el caso del general Manuel Ávila Camacho, en el sexenio de 1940 a 1946 se distinguió por ser un hombre circunspecto, ganándose el calificativo del presidente caballero, que dicho sea de paso fue el último que presentó un atentado fallido.
Tenía un hermano llamado Maximino. Se decía de vocación ofensiva. Mujer que le atraía le era enviada un ramo de rosas rojas. Recién llegada la escultural bailarina cubana María Antonieta Pons, le llegó el consabido arreglo floral con una tarjeta sugestiva. La artista se lo comentó a su esposo de nombre Juan Orol, éste se dirigió a las oficinas de Maximino donde despachaba como secretario de comunicaciones. Esto fue lo que le dijo:
Le voy a recomendar señor secretario, que todo lo que quiera resolver con mi esposa, lo arregle conmigo. No habló más, no hubo más ramos. Así era el hermano incómodo del presidente Ávila Camacho.
En otro orden de cosas, Mendoza Davis reconoció la labor del ejército y la armada, porque pese a los esfuerzos coordinados por la autoridad civil, fueron determinantes en abatir los índices de criminalidad. A esto le podemos abonar la labor social y humanista de soldados y marinos en aras de la seguridad con los que se conjuntan los esfuerzos de la sociedad y hay una organización avanzada por sectores de la sociedad. Esto se logra cuando hay aceptación a un liderazgo y como en el caso que nos referimos. Lo cortés no quita lo valiente. Hay respuesta para los desempeños en sus respectivas competencias
Hace algunas horas recordamos un aniversario más del inicio de la Revolución mexicana de 1910. Testimonios que en el mandato de Ortega Aguilar, habían logrado avances para la educación, para abatir los precios en artículos de primera necesidad y otros más.
La brigada orteguista vestía decorosamente, guerrera, pantalón, polainas, zapatos y sombrero de la época, con un libro de los egresos en que constaban con la aportación de su patrimonio. Ojalá que el día de ayer alguien se haya acordado de él. Un fragmento de levántate Guaycura, escrito en mayo 3 de 1970 fue incluido en su honor:
“Levántate Guaycura, busca en la agresiva breña,
En la sombra del Mesquite sempiterno,
En las púas y dientes de tu flora,
las huellas de los viejos guerrilleros,
que observan con dramática tristeza,
la escasa decisión y poco arrojo,
que a ellos los llevaran inclusive,
a ser objeto de traiciones viles,
amén de dormir eternamente,
en la inmensa soledad de la montaña,
y al hacerlo, aisladamente,
no hay causa común con los traidores,
ni después de los umbrales de la muerte” (sic).
Con respecto al camino de la administración federal, una encuestadora de bien ganada seriedad, nos habla que ha habido meses, que ha existido severas bajas en el porcentaje de popularidad de AMLO. Con referencia a la matanza de inocentes de la familia Lebaron y eso es serio. Por el otro lado el 6 de octubre, próximo pasado, en una de las mañaneras un asistente denunció que en chihuahua reinaba el nepotismo. Pidió la información a la secretaria quien no tiene informe de que su majestad el nepotismo reinara en aquella región. Ojalá señor presidente que envíe a alguien de sus enteras confianzas, porque usted debe estar debidamente informado y por lo que usted mismo ha manifestado no es válido el poder concentrado en una familia. Que así sea.
Iba Andrés Manuel en una guagua,
Se destapó la denuncia,
Hay nepotismo en chihuahua,
Advirtiendo que habrá renuncias,
Por lo que causa lo inconforme
Levántate Antonio y Narciso,
Para que sea concisos,
Protagonizando problemas,
Prohijando el nepotismo.