ECO PENINSULAR
Alfredo González González
En ruta el mes blanco.
Tiempos de reflexionar.
Los estadistas felices o infelices.
Se cree con firmeza que no tienen vergüenza.
El temido verano se aleja, mezclado con la agonía otoñal. Las temperaturas nos agotaron física y económicamente, con esa ruedita que giraba velozmente para medir los diablazos en las medidas de la luz, sin embargo, hay aromas a Navidad, al buñuelo recién sacado de la sartén, a esas sonrisas infantiles que ojalá no se vayan a frustrar porque el Santo cLous de muchos ellos vienen parchados de las asentaderas.
La llegada del nuevo año, los momentos que en casa se disfrutan con la familia, para que en los momentos las burbujas de media noche se disuelvan en la boca y surga el espontáneo declamando un fragmento, dedicado al año que se inicia. Se escucha una bien timbrada voz que expresa: brindo por el año que comienza, porque nos traiga ensueños y porque su equipaje no sea un cúmulo de amargos desconsuelos (SIC).
Noches de recuerdos, de anécdotas, de los que están ausentes para siempre, pero que les han dado permiso para el brindis y se brinda por la salud, la paz de los pueblos y porque los países de la tierra hablen del trato justo, sin aplicar la ley de la ventaja.
Horas de sonrisas ¡ah! Y de cumplir, de compartir un poco, de lo poco que tenemos. ¿Qué diferencia hay entre los tamales entre el caviar o el guajalote, que mejor regalo que el estar reunidos todos juntos.
¿Los corruptos serán felices? Es posible que el cinismo haya rebasado la dignidad, ¿ es posible que el cinismo haya rebasado la dignidad? ¿Qué sentirán cuando las enseñas patrias los saludan? O cuando se les rinde honores con el himno nacional mexicano? Que es el símbolo de la fraternidad.
Cuando la vergüenza se minimiza y las cuentas bancarias se hinchen, se debe de tener estómago especial para mezclar sentimientos de ladrones y asesinos, de los corruptos y de todas aquellas heces morales que producen miseria, falta de salud, revanchismos y venganzas que de ninguna manera tienen alguna relación con la ciencia política.
Un niño nacerá y en el lugar de la natividad es una bofetada a la desgracia. Abrió sus ojos en un establo y el frio fue abatido por el vao de los animales.
Desnudo únicamente con el calor de su madre María, una mujer de la estirpe de David y su padre espiritual, un humilde carpintero que habrán de cuidarle.
Hay quienes lucen abrigos de lodo y armiño, se han equivocado porque se olvidan que los lujos como dijo el poeta empezaron con hojas de parra. Podrá ser más feliz el hombre público que obsequia a su joven hijo un vehículo que costó 2 millones de dólares, que el que no ¿tuvo para comprar un yoyo o un trompo?.
También habrá unas hornillas sin encender y en un cuartucho siempre habrá una cera ardiendo ante una imagen sagrada, donde se habrán acostado temprano y calientito. Unos tamalitos y un buen te de canela para festejar juntos.
Por el occidente se advertirán los arreboles del día 1 de enero de 2020 y espero en Dios tener el grato sabor con una taza de buen café con leche de coco y encomendar a Dios a mis hijos, a mis queridos amigos y a mis adversarios que también los cuiden, que también lo necesitan.
Quizá esto se derrumbara sino conservarámos la fe y la esperanza. Se han extraviados muchos valores, hay quienes se equivocan la profesión. El político desconoce lo esencial de la Ciencia Política. Muchos, salvos las honrosas excepciones, desde el primer día que se instala, no se trazan una meta, tienen como Dios al poder y al dinero. Fríos y calculadores, y los niños y las niñas bien, se gastan en una sola noche lo que podría dar de comer a toda una familia durante tanto tiempo. Muchas tradiciones relacionadas con las fiestas originales, se han extraviado.
No se si Usted, amigo lector, se habrá fijado cuando gente nueva o madura lucen sus mejores prendas, porque van a asistir a una posada. De todo hay, vinos, platillos, y una y otra vez, bridan por la Navidad, pero ni por asomo les pasa por la cabeza que debe de haber hogares, donde no se encendió la lumbre porque no había que cocinar.
Por el occidente se advertirán los arreboles del día 1 de enero de 2020, como espero en Dios me permita saborear la primera taza de café con leche de coco y espero a encomendarnos a Dios a todos mis seres queridos, a mis legítimos amigos, unos vivos y otros más allá del azul del cielo y a mis adversarios, también porque éstos necesitan, mucho más a Dios.
El versito:
LAS CAMPANITAS SUENAN.
QUE NO HAYA MÁS DOLOR.
VA A NACER EL REDENTOR
CERCA ESTÁ LA NOCHE BUENA.
SE ESCUCHA UN HIMNO DE AMOR.
HASTA UN PEQUEÑO RAPAZ.
ENTONA NOCHE DE PAZ.
PORQUE NACERÁ EL AMOR.