ECO PENINSULAR
• Amigo, amigo entre muchos. • El tiempo es inexorable. • Siempre nos queda algo de niño. • Es el paso de las nostalgias.
Alfredo González González
Amigo, amigo, entre otros de hace más de 60 años, es Rodolfo “Fito” Márquez González, tiempos de Eduardo “Poca luz” Galindo, Oscar Rivera el “Campanita”, Oscar Telechea, Ramón Silva López, Cayetano Avilés, Pancho Monroy, Chato Robinson, Enrique el “Tellete” Martínez, éstos últimos del barrio bravo del esterito. Toda una historia. Fito Márquez hace 2 años, vino hasta mi domicilio para recordar la olimpiada territorial de 1953, celebrada en Cachanía. Me disculpé porque iba de prisa. Hoy me disculpo a meses de distancia, de corazón, Rodolfiano.
Eran tardes en el jardín Velazco donde parecía que el tiempo no trascurriera, y ya han pasado al menos 6 décadas, todos ellos ya fallecidos. De diferentes barrios la cita era las 4 y media de la tarde en invierno y a las seis de la tarde en verano. Nos tocaron grescas callejeras, verdaderas batallas campales. Todo se arreglaba con un buen par de patadas o un derechazo. Nadie andaba armado ni con arma de fuego o punzo cortante. Ahí terminaba el pleito y seguíamos siendo palomilleros. Entre todos ellos cuento a otro en especial, Pablo Núñez. Extraordinario hermano.
Por eso decimos que el tiempo es inexorable, no hace altos, deteriora al ser humano, edificios y cuando extraviamos los ideales y el humanismo que deben ser cotidianos y el catecismo de los hombres. Los pensamientos se mezclan en los mensajes de Remarque con su sin novedad en el frente, con un segundo intento que no tuvo tanto éxito titulado “El Regreso”, donde habla del retorno a su pueblo después de 4 años observó que en la esquina de su casa había desaparecido un farol que le daba un encanto especial a la calle o bien que los amigos que se juntaban en el café cotidiano, la mayoría habían muerto.
Reflexionaba que a la mejor hubiera sido haber muerto en la guerra, total el pueblo había cambiado y sus mejores amigos habían muerto.
Me recordó el fragmento de una composición popular que en algo se pudiera parecer a lo comentado “Las distancias separan las ciudades y las ciudades destruyen las costumbres”.
Se aferraba tenazmente a la vida,
Iba gritando un rapaz,
Pero solo había paz,
En una actitud sentida.
Razones de mucho peso,
La nostalgia es envolvente,
Y pensaba solamente,
En sin novedad en el frente,
¿Para qué sirvió el regreso?
La expresión del día:
Como se sabe a Hidalgo le correspondió la iniciación de la Independencia, a Morelos la organización y a Vicente Guerrero la resistencia. Al observar los realistas la imposibilidad, enviaron al padre de Guerrero a pedirle que se rindiera porque de no ser así el sería la víctima Guerrero le respondió a mi padre lo quiero y lo respeto, pero la patria es primero.
Cuántos de los políticos que rodean al presidente de México pomposamente llamados asesores o funcionarios que sirven para maldita la cosa, llegarían al sacrificio que uno de los grandes insurgentes le expresó a su señor padre, en el sentido de que por encima de todas las cosas está la patria cuyo significado es “la tierra de nuestros padres”, sus mares, sus montañas, sus sacrificios históricos, los cientos y miles de compatriotas, para que olímpicamente muchos de éstos mal llamados políticos y que no compete estrictamente a López Obrador, sino, a López de Santa Ana que ordenó que aplicara un impuesto por respirar.