ECO PENINSULAR
• El primer día. • Como todos los años tomé café temprano. • Admiré el reventar de la aurora. • El pensamiento fue de fe y de esperanza.
Alfredo González González.
Con el cuerpo aletargado, abrí los ojos y dije: Gracias a Dios. Perdona mis faltas y le encomendé a todos mis seres queridos, a mis amigos y también a mis adversarios porque también te necesitan. La velada fue leve. Sin cruda porque una persona a la que estimo mucho me obsequió un vino sin alcohol. Con la presencia de familias, pudimos disfrutar a todos, incluyendo al más joven de los bisnietos, Leonardo Higuera, al mayor Valente, Alfredo Santiago, Gaby y Enrique, y presentes los hijos González González, Eliseo Zuloaga González y Alfredo de los mismos apellidos. Foullon Sánchez, Melchor González, Zulema Ortega, novia de uno de mis nietos, mi sobrino Juan Luis González Sánchez, Jesús Aguilar Covarrubias y Dulce su esposa, sus hijos María Fernanda, Leoncio de Jesús, Miranda Carolina y su novio Cruz Molina y Minerva González González. Alfredo González González Jr y su hijo Alfredo González Jiménez. Fue una noche agradable. Después de todo, me dije, mientras que los primeros rayos solares, pálidos trataban de dar calor, soy muy rico, vi a mi familia calientitos dormir pasivamente.
Más tarde el recalentado y casi todos estarían de regreso por el medio día. Hubo días muy buenos y otros no tanto, pero en ambos casos enfrentaron casi todos conmigo un problema delicado de salud, ejemplo de cariño y respeto.
Llegó el año nuevo, analizamos el sendero que debemos transitar con valores y asegurar el presente y el futuro conjuntamente con buena voluntad y férrea convicción de nuestra familia y de todos aquellos de buena voluntad.
Mi padre no me dio grandes regalos, ni herencia material alguna pero recuerdo 2 cosas: La primera, fue que a pesar de las distancias físicas que tuvimos durante muchos años el día que enterramos a mi madre, que me entregó la herencia del trabajo y valores, sentí la mirada en la espalda y escasos dos metros estaba él, que sin decir nada me estaba apoyando en un momento drástico. La otra fue una hoja amarillenta donde traduciremos literalmente un fragmento de la oración Yaqui. Debo decir que Don Alberto Miranda Beltrán, era hijo de Alberto Miranda Aguilar, a su vez nacido de la unión de un mestizo y una mujer hija de varón Yaqui. Me dijo guárdalo es un tratado ético. Dice así:
¡Oh gran espíritu cuya voz escucho en el viento/escúchame/ y cuyo soplo da vida al universo/ permíteme aprender la lección que tú has escondido en cada hoja, en cada piedra/yo busco la fuerza no para ser más grande que mi hermano/ si para luchar contra mi más grande enemigo ¡Yo mismo!
Salí a la esquina de la calle México a 50 metros de mi hogar, observé las calles desiertas a unos metros de la calle Nicolás Bravo, cruzó un automóvil con un aparato con música grabada buscando desesperadamente un plato humeante de menudo, pero hasta el café de Lupita Camacho estaba cerrado. No encontrarían las empanadas de la Morena, las puntadas de Alfredo “Gallo” Sabin de la Toba, la gentileza de los Almada (Alfonso, Paco y Chayo), las intenciones del reconocido abogado Lucero Salvatierra y del médico Arturo Meza, Manuelito Núñez, el Dr. Daniel Vizcarra, el buen amigo apodado el “Zurdo”, Miguelito Camberos, Mario Mares, Narciso el “Pantera” Cruz, las puntadas del capitán Alberto Ayala Luken, el Jimmy, Eduardo Salgado y a todos los que conviven cotidianamente que ha sido punto tradicional de reunión en el café mañanero. Deseo incluir a mi amigo el billetero titular, Alfredo Angulo que dicho sea de paso fue un año prospero el que se va por haber iniciado con éxito un negocio de frijol bayo de los planes.
Para todos ellos el abrazo fraternal, sincero donde no puede faltar mi entrañable amigo de hace 62 años, Remberto Gastelum conocido popularmente como el Cono, uno de los mejores técnicos en refrigeración.
De antemano a las atenciones que nos brindan Balbina y otra muchacha que desconozco su nombre y a Lupita Camacho.
El chispazo:
Chispazos de popularidad y aceptación fue el que sembró Isidro Jordán Moyrón. Fuimos enterados de su asistencia a la Conquista Agraria a la que asistió como uno más y hasta aceptó bailar con las damas presentes, así como el mensaje enviado a los sudcaliforniano con motivo de navidad y año nuevo. Aquí cabe aquello de que: En la humildad radica la grandeza de los hombres. También el gobernador del Estado y Gabriela su esposa expresaron sus parabienes a los sudcalifornianos.