ECO PENINSULAR
• El conflicto de Cárdenas y Calles. • Hizo limpieza el Tata de Jiquilpan. • Una visita a San Felipe, Torres Mochas.
Alfredo González González.
Al decidirse por el sendero de la institucionalidad, el expresidente Plutarco Elías Calles deseó reorganizar el país al brote del caudillaje. El “Turco” como le apodaban, nació en Huatabampo, Sonora, ahí en el noroeste nació la empatía entre el michoacano y el sonorense. Se había autonombrado como “Jefe Máximo de la Revolución”, o sea tenía en mente que el poder moral pudiera subyugar al del Estado.
Al iniciarse el primer periodo sexenal de 1934-1940, se decidieron porque fuera Lázaro Cárdenas quien representara a la nación mexicana. Dicha decisión, dio la oportunidad a Calles de demostrar la influencia que tenía en el presidente. De esta manera la intromisión de Calles como jefe máximo de la Revolución se conoció como Maximato, pero en 1936 había mediato que haría con su anterior amigo que solo lo estaba regularizando cuando el pueblo tomó parte de la chunga política y un buen día apareció en una parte frontal de la casa presidencial, una leyenda que expresaba: “Aquí vive el presidente, pero el que manda vive en frente”.
Para 1936 después de haber estado en el ejercicio del poder 2 años decide exiliarlo. Entonces decidió que el primer paso era remover a los jefes de las zonas militares. Esto permitió al presidente michoacano aplicar su criterio equilibrado con el gabinete.
En cierta ocasión estando en Guanajuato capital, el distinguido militar visita el mirador de donde se domina toda la ciudad y de ahí observó el monumento al Pípila con un cañón en la espalda, donde aparece una leyenda en la parte frontal que dice: En México debería existir una Revolución cada 50 años.
Cárdenas del Río murió el 19 de octubre de 1970, como si el destino no pudiera negar sus ironías ambos descansan en las columnas del monumento a la Revolución muriendo ambos o sea el mismo día, mismo mes, pero diferente año.
Chispazo.
Las noticias de Isidro Jordán indican que se encontraba en la ciudad de Loreto, con la presidenta municipal Arely Arce, intercambiando puntos de vista, para mejorar las finanzas de la primera capital de las californias. 2 funcionarios que pertenecen a 2 también diferentes siglas políticas, y al hacerlo civilizadamente queda entendido que no es a gritos ni a sombrerazos, ni a amenazas mucho menos presiones que se sienten de la federación para frenar el progreso de nuestros pueblos.
En tanto Felipe Prado Bautista, pronto dará la satisfacción a los muleginos, la iluminación en todo el municipio en los espacios públicos.
Estas han sido a parte de las ya comentadas, el producto de las acciones institucionales.
No es docilidad,
El intercambio de Arely e Isidro,
Transparente como un vidrio,
Habla de civilidad.
El camino no lo tuerzo,
Si remamos todos al punto,
Habrá beneficio a todos,
Siempre con menor esfuerzo.