Pepe Salgado: Jamás la pluma embotó la espada. • Gracias Pepe, por permitirme ser tu amigo.• Los recuerdos de la escuela superior en Tepic, Nayarit. • El compadre Paco, tú, Rodarte, y Catalina. • Hasta donde te encuentres.
Alfredo González González.
Me impactó la noticia. El año pasada nos encontramos en el hosítal del ISSSTE haciendo turno para unos análisis. El gusto fue recíproco. Le pregunté por su salud y me repuso: Ya me hicieron un cateterismo y ahí la llevo. Agregó: Hace más ya de 10 años que dejé el cigarro. Pepe Salgado Pedrin fue un hombre cabal, maestro ponderado. Hizo la maestría en literatura y en nuestra escuela Normal Urbana, fue una persona apreciada por su carácter y personalidad.
Lamento el hecho, porque son de los amigos que dan la mano hasta la empuñadura, no hay medios amigos, es preferible tener enemigos completos y Pepe Entregaba afecto y lealtad.
¿Recuerdas, Pepe, los aguaceros torrenciales en Julio y Agosto en la capital de aquel agosto? Las bohemias sabatinas en el hotel Juárez, cual la dueña nos hospedaba y fue una segunda madre, Doña Elisa O´Connor, de ascendencia irlandesa.
Era como una gran familia que gozábamos con las puntadas de Carlos Yee Romo, Felipe Ojeda Castro. Hacíamos amistad con el Vicky Beltrán, Pepe Garma, el Bobby García y Pancho Padilla. A veces los sábados por la tarde nos refugiamos ratos en la casa de Catita Padilla, nos amenizaba con algunas ejecuciones al piano y de ahí hacíamos rumbo al hotel que se encontraba a 3 cuadras por la misma acera.
Dentro de la lista de los mentores destacados, está José Salgado Pedrín, Afable, frugal, con buen sentido del humor y conversador.
Cuando me trasladé a Guadalajara a la operación de una rodilla, tenía a mi cargo las materias de: Técnicas de la enseñanza, algo relacionado con español, antropología, entre otras materias, Pepe Cubrió mi tiempo, así como otros compañeros se solidarizaron para que mis alumnos no quedaran a la deriva.
En 1975, con una comisión en el entonces consejo tutelar para menores, los muchachos que no cumplían la mayoría de edad, no eran jóvenes con problemas, sino que faltaba orientación. Después de algunos razonamientos le pregunté que si como se escribía un libro y riéndose me dijo: ¡Ni yo sé! Pero si te entró el gusanito pierde el temor a la crítica de los impotentes, y si logras que alguien te lo imprima, porque cuestan una cosa decorosa. Comparte con esos muchachos las ganancias y con la labor del DIF Estatal.
Así nació la lucha en la soledad, hace ya 50 años. Con los tropiezos de un principiante, pues traté de darle brillo a las gentes que a mi juicio habían hecho algo por la entidad. Ocupó espacios en algunos poemas y algunas prosas. Ahí es donde aparece por primera vez el poema levántate Guaycura que había sido impreso también por primera vez en la página II del Eco de California, el 3 de mayo, con motivo de CDXXXV aniversario de fundación de La Paz. Debo decir que al dar por terminado el manuscrito lo revisó, corrigió y estuvo atento a su impresión en la ciudad de México.
De acuerdo al pedimento de Pepe, las utilidades se dividieron al 50% entre el consejo tutelar para menores y el DIF estatal. Lo hice sin mucho aspaviento y por ahí debo guardar un recibo que me dio la señora Luz Davis de Mendoza.
Pasado el silencio sobre las opiniones me dispuse a escribir un libro titulado Hastío y al terminar el capítulo 18, me entró pereza y lo fui dejando hasta que se extraviaron.
Al cumplir 80 años reflexioné que a esa edad cualquier cosa se puede esperar, aunque el calendario de Dios es exacto, ni antes ni después y ya está en elaboración. Me he tardo muchos días en un prefacio y en un primer capítulo. Todo eso ha inspirado Pepe Salgado, mi familia, mi tierra, mis conciudadanos. Hoy la nostalgia me arropa porque poco a poco, cumplimos de la ley inexorable de que la muerte es consecuencia de la vida, dejando las huellas positivas que nos dejó gente importante como José Salgado Pedrín.
Recuerdo pepe, que en la presentación del Libro: Lucha en la Soledad, decía, que los quijotes no podían terminar como adornos de escritorio, y que parafraseando a Miguel De Cervantes Saavedra, subrayaste: Jamás la pluma, embotó la espalda. Hasta donde te encuentres irás con la pluma en la diestra. Tu inspiración será Dios y tú catecismo el alfabeto. Tus frutos que ofrecerás al general de millones de estrellas son centenares de ex alumnos que te extrañarán y que hoy gozan de un retiro injustificado. Anda, ve con Dios.