ECO PENINSULAR
• Ante la adversidad: La solidaridad. • La antítesis hizo presencia en Yalta. • La condición humana. • En lo político: Mendoza Davis formó cuadros.
Alfredo González González.
La premisa más elemental es la que reza: La solidaridad entre los afectados.
En el caso de la pandemia que está latente pueblo y gobierno deben estar unidos en la meta común. Nos platican que los OXXOS entregaron una determinada cantidad de cubre bocas que servirán para la prevención de los médicos o que se obsequien en medida de lo posible para gente de frágil economía. Sociedad y gobierno están unidos. ¿La ayuda federal en forma determinante? Bien gracias.
Esto lo confirmó la señora Lorena Hinojosa Oliva y finca su postura en la proporción de que el “apoyo” que a ella le están proporcionando y a muchos, es de 25 mil pesos, y es verdad que no alcanza ni siquiera para el pago de la nómina de los trabajadores.
Ya para firmarse la paz de la II Guerra Mundial, se reunieron en Yalta en el palacio de Crimea los 3 dirigentes mundiales de mayor peso: Joseph Stalin, Winston Churchill y Teodoro S. Roosevelt. Al paso de los años tal reunión fue para la repartición del mundo.
De esta manera al concluir la segunda conflagración mundial surgieron patrias divididas, Berlín Oriental y Berlín Occidental, en este caso surgió un muro y familias enteras quedaron de uno o de otro lado. Y también por eso vemos una corea del Norte y del Sur, las Guayanas Inglesas o Francesas. El primer muro de la historia se levanta como un testimonio del odio entre individuos y actualmente vemos uno en la línea divisoria con los EUA.
Peter Kleist escribió una obra titulada: “Tú También Míster Churchill Estabas entre los criminales”.
Las líneas de arriba se derivan de un tratado llamado de Versalles en 1918 al término de la Primera Guerra, en el cual se comprometía Alemania a hundir toda su flota de Guerra, mercante, pero además estaba obligada a entregar toneladas de productos agrícolas a los países ganadores, junto con su producción de acero. Prácticamente obligaron a Alemania a prepararse para ser el protagonista de la guerra que se inició en 1939 y concluyó en 1945.
Confieso que he publicado esto en contra de mi voluntad, porque he tenido en una alta admiración al león Inglés, pero de ninguna manera justifica los crímenes y la destrucción a quien incendió a Europa, Adolfo Hitler.
En este momento, la humanidad atraviesa por una crisis, una crisis que no busca petróleo, ni uranio, ni deberes u obligaciones a las formas políticas y sistemas económicos de un país, se trata de un enemigo invisible que está en todas partes, no viene a extender territorios, viene a matar y de hecho lo está haciendo, un minúsculo microbio o bacteria o como se le quiera llamar, pero parece ser que no ha bastado por lo que hemos pasado, y se arrasa con la vida, se violenta también la dignidad y condición humana. Desea matar y esa es la dimensión del problema. Repetimos, al animalejo no le interesa el oro negro ni eterizarse en un poder. Quiere la vida de los seres humanos de la nacionalidad que sea. Ojalá que al menos si morimos que no sea porque quisimos, sino porque no observamos normas, reglas, las más sencillas permanecer en casa, lavarse las manos con agua y jabón.
Y no esperar que Dios quiera y pase esta pandemia para volver a preocuparnos por hacer una llamada telefónica, para sentir la necesidad de la oración, en una palabra para ser mejores seres humanos y no se presenten paradojas cuando una bola de barbajanes arremeten en algunas entidades contra quienes están ejerciendo el apostolado de la medicina. Ojalá que nos alcance el tiempo.
Finalmente no sería justo desconocer la respuesta de la sociedad civil, de la Marina y el ejército, pero también en el fragor de los combates formó personajes importantes que se han mantenido en el sigilo que de la discreción. Uno de esos personajes se llama Isidro Jordán Moyrón. También está un Álvaro de la Peña y también hay mujeres valiosas. Ha dirigido su acción el gobernante hacia todas las situaciones que embargan a un gobernador que como dice la frase muy castiza: “De casta le viene al galgo”.