ECO PENINSULAR
• Los derechos jamás deben limitarse. • El primer riesgo es la autocracia. • Las transformaciones surgen de la sociedad civil. • La virtud de saber escuchar.
Alfredo González González.
La cita es mañana sábado a las 10:30 am, que saldrá de Wal-Mart en una manifestación pacífica. No es faltar a la ley el derecho de que un grupo de ciudadanos tiene para expresar sus inquietudes y protestas por lo que están experimentando. La ciudadanía podrá darse cuenta que no son boas porque se ponen a la vista de todos.
A través del tiempo se han aletargado el sentido de las grandes necesidades. Aquí es donde surge el síndrome de Estocolmo donde las gentes entran peligrosamente a conformarse con ser rehenes de los más fuertes. Pertenecer a una república federal popular y representativa goza de las garantías consagradas en la carta nacional, transformada desde 1824 hasta 1917. De las últimas Reformas fue la autorización para que los campesinos vendieran su heredad, sus tierras, pero jamás fueron orientados ya que para que no vendieran los derechos, ya que a la vuelta de la esquina estaban los revendedores que se echaban millones de pesos a la bolsa sin jamás saber lo que es barbechar, desahijar o usar el azadón. Por encima era una decisión “revolucionaria”, pero de esa manera, se echan encima de tierras que habían pasado de generación en generación. La excepción fue el sexenio de López Mateos cuando se hizo realidad la gratuidad de los libros de texto al formarse la comisión respectiva y del 34 al 40 ya sabemos el peso específico del tata de Jiquilpan.
Hará cosa de más de 30 años, la salud fue elevada a la categoría de rango constitucional. Ya va más de un siglo de la del 17 y hoy vivimos estrecheces para combatir una pandemia. Preguntamos: Es justo o injusto que la gente manifieste públicamente sus inquietudes. Fuimos informados por el Dr. Robledo Santana que es una manifestación pacífica, apartidista y normados por las reglas del orden. Tan es así que solicitó la observación de SEDENA, de autoridades municipales y de cuerpo de seguridad del gobierno del Edo. A fin de que se percaten de viva vista que esto es una expresión dentro de los marcos de ley.
Por eso cuando se recurrió al auto ataque como defensa, ese es el común denominador de muchos Estados de la República y la característica del señor presidente es predecible porque no conoce de la virtud del saber escuchar.
Seguramente el primer mandatario desconoce que tuvimos un poeta célebre que llamó en un auto flagelo tísica a este pedazo de tierra que cuelga del hombro derecho de México (Francisco Aramburo), por alargada, delgada y olvidada. Pero fue y ha sido un pueblo que desde 1847, 1862 y 1914 cuando las intervenciones sus mejores hijos estuvieron comandando las fuerzas sudcalifornianas. Por eso luchamos para ocupar el lugar que nos corresponde en la historia.
Queriendo ser popular (es válido), lo que no es válido es lo populachero, porque duda de la confianza que en él depositara. El estadista se deteriora cuando en remates de expresiones orales y dirigirse a los autoritarios y demás, decía: “Ya te conozco mosco”. O bien, cuando manifestaba que tenía las energías suficientes, “Me canso ganso”. No es eso malo, pero como que no encaja en un estadista, porque le resta la dimensión de su personalidad y aquí entra lo que decía Jesús Reyes Heroles, en política, las formas son fondos. Cuando se le demostraba con documentos confiables se limitaba a decir: “Yo tengo otros datos” o a una pregunta embarazosa: “El silencio es mío”.
El señor presidente es predecible: No quiere nada con la empresa, con los comerciantes, con procesadores de alimentos, con hoteleros y todo aquello que integra una maquinaria productiva. Pero si se da cuenta, sus embajadores parlamentarios en el Congreso local, no hablan el mismo idioma y eso ya es tema trillado y por tanto conocido.
Ojalá que se pinche con un alfiler y se dará cuenta que es humano. Seguramente con buenas intenciones, pero tiene temores, todos los días despierta desesperado, porque cuando no es la parte norte es el sur y hace un par de días una jueza federal ordenó la suspensión de parte de la obra del tren maya. Y si es humano seguramente llora, ríe, así es como debemos ver a los hombres, no como seres infalibles porque aquí y en la geografía nacional estamos viendo ejemplos, pero si no hay un momento de reflexión y se reconsideran algunas cosas, los pueblos nuestros se hundirán en la miseria y en la enfermedad.
Reflexión:
Cuando retornaba un guerrero romano de haber conquistado más territorios para la Roma Imperial, César le esperaba en un elevado trono. Un cargo de combate lo llevaba y lo conducía el propio campeón, mientras le llovían flores y cánticos. Saludaba con el brazo izquierdo extendido hacia la izquierda y el esclavo que llevaba a su lado hincado lo iba jalando de la túnica y le exclamaba: ¡Eres humano, eres humano, eres humano!