ECO PENINSULAR
• Un juego que por muchos años nuestros abuelos torearon y provocó luchas cívicas. • Juárez había separado la iglesia del Estado y había también darle su lugar a los militares. • Palabras de Carlos Alberto Madrazo a Félix Alberto Ortega Romero. • No hay fobias pero como se establece cada quien a lo suyo. • Reflexión.
Alfredo González González.
Desde la época juarista el mixteco zapoteco, a través de las leyes de Reforma, entre otras cosas, dejó claro las funciones del clero y quitó prebendas a los militares. Lo hizo seguramente porque la sociedad debería regirse en un primer término por las leyes de los hombres y también por las leyes divinas adicionó todo esto para que enormes cantidades llamados bienes muertos, pudieran producir con la ley de desamortización de los bienes eclesiásticos y por el lado de la cuestión castrense, enfiló la nave gubernamental hacia el lugar que debía ocupar la sociedad civil y el ejército como factor de defensa de la soberanía nacional y en nuestro país destaca por la labor que se desarrolla en los casos de desastre que desempeñan un factor loable y que la comunidad reconoce.
En el caso de los sudcalifornianos, por espacios prolongados de tiempo, estuvimos bajo el mando castrense. Un día que hace 100 años aproximadamente, a alguien se le ocurrió que podíamos gobernarnos. Fue un presidente de la república el que dio la oportunidad para que por un acto plebiscitario el pueblo pudiera seleccionar. Después de 1920, el pueblo disfrutó de su éxito pues un civil había ganado en nuestra entidad. Sin embargo eso no duró más que 4 años porque la alegría y al ver los resultados de un civil, se perdió dicho avance sociopolítico.
Lo anterior es para llegar, que desde 1924 en adelante el mando castrense se volvió a enseñorear aunque debamos decir por justicia que hubo gobernadores militares distinguidos como el michoacano Francisco J. Múgica Velázquez, quien tuvo una brillante actuación al frente de la gubernatura o jefatura política de aquel entonces. Gral. Juan Domínguez Cota, originario de La Purísima, pero que no era civil.
Fueron sucediéndose los años hasta 1965, cuando el FUS, volvió a manifestar su desacuerdo pero todo dentro de los causes de la ley, respetando lo que se debía hacer en estos casos.
En 65 las cosas se polarizaron y se llegó al grado de formar comisiones para entrevistarse con Gustavo Díaz Ordaz, unos y otros con Carlos Alberto Madrazo. Una de ellas la encabezaba Félix Alberto Ortega Romero, quienes iban a platicar sobre el caso con el entonces presidente nacional del PRI y la otra llevaba al frente al Lic. Rafael Castillo Castro, un santiagueño distinguido radicado en la ciudad de Tijuana quien vino a sumarse a las expresiones de inconformidad porque continuaba lo que habían sucedido durante muchos años. La comisión encabezada por Castillo Castro prácticamente salió del despacho de Luis Echeverría, a la sazón secretario de gobernación, porque vieron pocas posibilidades de ver con simpatías la demanda del 3er FUS. La otra comisión con Félix Alberto Ortega Romero, quien había explicado una vez más, que no se miraba bien y había un artículo en la constitución que le daba la razón en el sentido de que el gobernador del entonces territorio sur de la Baja California, no fuera simultáneamente comandante de la 3ra zona militar, porque por un lado tenía el mando civil y por el otro el mando militar.
Carlos Alberto Madrazo, esto lo sé de boca propia del líder de Loreto 70, cuando le dijo el tabasqueño: “Mire Ortega, ustedes tienen la razón, ya hay inquietudes sobre las espaditas y las espadotas, las aguilitas y las aguilotas”. Y concluyó la frase: “Civil sí, nativo al tiempo”.
Llegó el civil en la persona de Hugo Cervantes del Río, aunque no nativo y 5 años más tarde llegó Félix Agramont Cota, que reunía lo de civil y nativo.
Por acá se ha llevado la fiesta en paz. Desde mi óptica muy personal recuerdo a un general médico militar, Alberto Forcada, pediatra y humanista con los niños, no cobraba las consultas. Como ya dijimos admiro al general Mújica, a Federico Chapoy Acosta, a otro general Antonio Riviello Bazán, buenas personas y un batallón que se distinguió por interactuar en el deporte y en otras actividades, el 14 batallón de infantería.
Hoy vemos que jefes militares de alta jerarquía se molestan, porque alguien escribió en el periódico universal una serie de situaciones en las que señalan el desacuerdo de un periodista. En cierta forma es molesto porque como decía Ignacio Bañuelos Cabezud: A la menor intentona de someter una conquista social emanada de los derechos universales del hombre, desde 1879 con la Revolución Francesa, se debe analizar con mucho cuidado, porque la libertad de pensamiento tiene sus límites y sus garantías, los límites son no invadir la vida privada de las personas y sí, aceptar en espacios equitativos el derecho a la réplica, pero por ningún motivo, debe ser motivo de una postura que no va de acuerdo con la libertad del pensamiento.
Reflexión:
Pensamos que la vía del diálogo es el camino para desestresar muchas situaciones que se han encendido por la presa de La Boquilla y por otras cosas de menor cuantía y donde la población civil se ha sentido inquieta. No podemos polarizar una cuestión como la que se dio en Nicaragua, y que a todos los problemas que ya tenemos en México, se sume una más. Quede la frase para la posteridad: “Jamás la pluma, embotó la espada”. Su autor es Miguel de Cervantes de Saavedra.