- Cien años después.
- ¿Valdrán las obras dos millones de mexicanos muertos?
- Sencillamente: “Mátalos en caliente”.
- Ojalá las carabinas zapatistas y villistas, no se vuelvan aceitar.
Alfredo González González.
Zarpó el barco Ipiranga en 1911, entre los llantos y gimoteos de una burguesía criolla, enriquecida con el sudor y la sangre que la hacían brotar los hacendados que siempre reclamaban el derecho a la pernada y la novia desposada con el peón debería pasar la primera noche con el cacique. “Bonita chingadera”. Cien años después regresa el que fuera héroe el 2 de abril y a quien le apodaban el tigre de Ayutla. El fantasma del Ipiranga retorna pilotado por los lame botas pasados y presentes del porfiriato, las ánimas de Blanquet, Félix Días y Victoriano Huerta, que solicitaron permiso del infierno para escoltar a quien durmió una centuria en Paris. Pero hay que decirlo: En 30 años de dictadura impulsó los ferrocarriles Nacionales, construyó carreteras, se concluyó el palacio de las Bellas Artes, empeñó la industria petrolera y también, afrancesó la arquitectura y muchas otras cosas. Sin embargo queremos preguntar: Vale el retorno de Don Porfirio y su obra la vida de 2 millones de mexicanos?
Sencillamente con la frase: ¡Mátalos en caliente! Terminaba con los seres humanos. Los Flores Magón haciendo uso de la libertad de pensamiento y de las ideas, mientras Don Porfirio y Paniaguados desde los palcos de los teatros disfrutaban del ballet y los sopranos. La Política de mucha Política y poca administración enervó los ánimos.
Dice un enunciado del Materialismo Histórico, que la historia siempre se repite y este es uno de los casos del retorno, que la balanza de la historia no justifica, habría que justificar la complicidad ante los sucesos de cananeo y Rio Blanco. Las matanzas en la huasteca veracruzana donde compañías petroleras extranjeras, eran alcahueteadas por el dictador.
Todo parece indicar que el monumento a la Revolución se habrá de estremecer, pero con todo respeto no se deben jugar con los agresores de toda una nación. 7 años de angustias, muertes masivas, injusticia, crímenes entre hermanos, que se sumaban a 30 años antes. ¿Qué necesidad hay de remover las cenizas? Ojalá que las carabinas 30/30, los fusiles villistas y zapatistas, los tanates de Maclovio Herrera, de Mújica, de Cárdenas del Rio no se vuelvan aceitar.
Vuelve triunfante con la “ovación” de quienes son proclives a olvidar y les vale muy poco las experiencias sufridas. La historia vuelve a repetirse.
Entre gritos de delirio
y aullidos de dementes
y la expresión, de mátalos en caliente
ya regresa Don Porfirio.
¿Será alguna deidad?
-pues al paso que marcamos-
Díaz, Blanquet y Huerta
Tienen el honroso titulo
De la ¡santísima trinidad!
La frase de éste día: “Pobre de Baja California, tan lejos de México y tan cerca de Estados Unidos. (José de la Cruz Porfirio Díaz Mora)