La lentitud de una institución de salud
Hay cosas legales pero está ausente el humanismo
He visto cosas dramáticas: octogenarios que no hablan por temor
Reflexión.
El síndrome Jobiano aunado a personalismos intrascendentesen algunas ocasiones hace suspender a un médico un procedimiento ya iniciado.
Cuestiones que se pueden resolver por buena voluntad, pero que cuando se estira la liga y el paciente se queja con quien lo puede defender es precisamente quien paga los platos rotos. Me jacto de ser un hombre institucional pero mi espíritu no se puede arrodillar ni dejar que lo hagan como monigote quienes por su labor ecuménica son aquellos en su casi mayoría cumplen con una noble misión.
He querido narrar con todo respeto la experiencia personal. Desde el mes de marzo anterior se debió de haber aplicado una inyección para corregir la retina del ojo izquierdo. Por diversas razones la cita con el oftalmólogo no se dio. Pero vamos a ser precisos, no se dio porque hubo una falta de comunicación entre la clínica de lo familiar y el hospital general. Lo primero que nos pedirían era una tomografía de la retina, y deseándonos adelantarnos y llevar el documento de antemano acudimos a un consultorio de prestigio. Para el mes de marzo azotó en su apogeo la pandemia y se cancelaron con justificada razón, también en el seguro social, en el hospital general las consultas previendo contagios en quienes fueran buscando salud.
Hay que ser sinceros, logramos con ese documento que justificaba a plenitud la aplicación del medicamento y se nos fue proporcionado una sustancia que tiene un costo, léalo bien por favor de 20 mil pesos. Hace más o menos un mes.
El jueves anterior nos apersonamos por que hicieron una excepción para que diera fe el oftalmólogo si seguía habiendo o no una mancha rojiza en la cercanía de la retina. Con la observación que si no iba no se me entregaría la ampolleta para una segunda aplicación y ya pasado el tiempo conveniente, y, por qué no a una supervisión a la institución. En esas condiciones me vi obligado a ir a un área en la que se nos tiene prohibido a los adultos mayores que somos los más expuestos al contagio. Sin embargo y debemos de admitirlo estaba casi vacío el piso donde está el consultorio. Pero, también nos vamos a reservar el nombre, nos dijo que se habían atravesado dos personas con principios de coronavirus, eso no lo puedo comprobar pero fue lo que se dijo.
Sentimos la incomodidad del doctor, primero, porque no sentí que hubiese una disposición como se advierte cuando el mismo hace ocho meses nos señaló el camino. Como no había hace ocho meses, como no hay ahora consultas y especialidades fuimos a una revisión y acepto el médico que persistía el problema.
Seguidamente en un examen que no duro ni 5 minutos dijo espéreme aquí, bajo a la dirección general y regreso con unos papeles que hay que regresarlos el martes, o sea mañana donde se me va a asignar a qué lugar voy a ir para que se haga otra tomografía y hasta eso la van a pagar ellos, va a ser subrogada.
Yo me vine incomodo, el director general se vio precisado a actuar de esa manera pero al oftalmólogo le hubiera cabido el papel de defender al paciente que atendió en su momento. Anduvimos cerca de tres horas por allá y nos vinimos como fuimos.
Nuestra inquietud radica en dos cosas: la primera yo estaré satisfecho si esa solitud de subrogación va a tener la selenidad que requiere porque de lo contrario calculo que va a ser hasta enero cuando se nos haga la tomografía nueva, y luego esperar de acuerdo a sus normas, criterio y demás para cuando nos toque el turno.
Quiero decir que la primera tomografía y su aplicación a título privado me costaron 3 mil pesos.
Creemos que, debemos guiarnos por normas y reglamentos orgánicos. Pero si estuve confinado y sigo a través de nueve meses siguiendo las normas de los códigos sanitarios, quizá esté equivocado pero creo que no se alteraría la norma sanitaria para el caso que nos ocupa, siguiendo con el procedimiento y ya con el camino, o sea la segunda aplicación regularizar la aplicación. Eso sería ayudar con el ingrediente del humanismo a quien tiene como herramienta de trabajo sus ojos, su cerebro, sus manos con una edad de más de 80 años y que me las arreglo para darle batería a nuestra revista digital raíces, a zuloaganoticias.com que generosamente nos brinda su espacio de Eliseo Zuloaga, de Concepto de Alejandro Salazar, de Colectivo Pericu de otro buen amigo Cuauhtémoc Morgan y el grafico Eco Peninsular porque es mi sustento después de los descuentos de un préstamo especial y mi pensión es reducida.
Pero me dio la impresión que nuestro oftalmólogo que con todo respeto en su momento habré de hablar con el director general pueda tener algunas variantes.
Repito, después de tal aplicación se dejan pasar casi las cuatro semanas y con mucho gusto aceptaría la supervisión para que hagan los análisis con respecto a la aplicación.
Desde el año de 1970 o al menos en el transcurso de ese sexenio el derecho a la salud se elevó a rango institucional, desgraciadamente han existido océanos de por medio. Enfermos que llegan a una institución hablo a nivel nacional. Se salen sin haber sido asistidos y mucho menos con la entrega de sus medicamentos.
Quiero ser sincero. Se siente en ese lugar una especie de celos profesionales, porque es cierto, es un medicamento que debe salir con todas las medidas preventivas en cuanto a su uso y eso huele a desconfianza. En estas condiciones no hacen ni dejan hacer y el que paga los platos rotos es el que puede perder una de las herramientas de su trabajo.
Hace algunos días cuando murió el Doctor Rene Rouyere, guarde un secreto que hasta entonces lo revele en el sentido que a mi petición para satisfacer otra petición de una yaquesita, a base de mi necedad y por la entrañable amistad que le tenía, después de una sistemática insistencia, opero a un adolescente que había tenido un testículo en la parte media del bajo vientre , pudo más el espíritu que se revela ante una burocracia fétida , el valor humano y las bendiciones que de Dios recibió, porque no los supero la inversión de dinero, ni lo hizo por algún interés, lo hizo por que pudo más en él un humanismo que nos hace falta una buena dosis tres veces al día y repetirse cuantas veces sea necesario. Como dicen algunas recetas.
Hace muchos años conocí a un juez de distrito quien había venido a hacerse cargo de la judicatura federal. Desempeñándome como director general de prevención y de adaptación social del estado, él se hospedaba en un hotel y un mal día sufrió un infarto. Sabedor que no tenía a nadie pregunte estaba entonces funcionando como hospital la clínica de la Bravo y México. Supe que estaba recuperado, fui a visitarlo y le obsequie un libro. Ese acto nunca se le olvido.
El Parangón en que aquellos profesionales que están pegados de librito jamás determinan una personalidad propia. Son esclavos de frases completas pero vacías. Luego entonces le dije: pues el próximo 20 de noviembre vamos a hacer desfilar de acuerdo con el señor del centro de adaptación social de esta ciudad de La paz al 60% de los presos del fuero común con la única seguridad que no se iban a ir por que a cambio ofrecíamos un año de reducción de cadena. No se contaban en ellos violadores, traficantes, asesinos y todas las clasificaciones peligrosas. Desfilaron pero no fueron a un desfile vacío ni flojo, lo hicieron con dignidad, con tablas gimnasticas y de eso hay testimonio. ¿Qué paso? Absolutamente nada y le dimos un incentivo para que el año siguiente quienes estuvieran en la misma situación pudieran a través de un buen comportamiento, de una terapia, educación, con decirles que enviaba a gente a la universidad y al tecnológico que regresaban terminando sus clases, se hace eso cuando hay confianza en sí mismo. Se me quedo viendo y me dijo: pocas personas he visto así. No niego que me halago pero no quise ser un burro más que se conformaban con ordenar castigos, celdas aisladas y hay muchas pero trate de ser yo y responderle a este pueblo que me dio todo.
Terminamos riéndonos, dándonos un abrazo y deseándonos mutua suerte.
Ultima Hora: llego información del sur del estado. Sobre la calidez del proceso electoral en puerta. Se hace insistente para participar el señor Rigoberto Arce. Persona según lo informado con el sello distintivo de ser un hombre leal a la institución, respetuoso con el público y conciliador con todos aquellos que buscan formas de arreglar sus asuntos en el ámbito de su competencia. Vamos a remitir al espacio de opinión en este mismo número para que lo supervise la redacción
Opinión: un grupo de personas jóvenes se dieron a la tarea de hacer una encuesta aleatoria en las comunidades de Santa Anita, Santa Rosa, Animas Altas, Animas Bajas así como en la playita, Santa Anita y también al azar en una colonia popular de Cabo San Lucas, de 100 gentes a través de una pregunta directa 72 expresaron su simpatía por el señor Rigoberto Arce. Esto no indica que no existan otras personas que aspiren a convertirse en líder de la comuna cabeña. Sin embargo apuntaron que la mejor recomendación del señor Arce es el trabajo y su honestidad.