- Jan Valtan: Se pone de moda.
- J. Cronin: Denuncia.
- Gabo García Márquez: Nobel.
- Castro Agúndez: Costumbrista.
- Arrambides: Prosista-Ecologista.
Alfredo González González.
Jan Valtan: escribió un libro ya hace muchos años, que se llama “Castillo en la Arena”. Pudiera esto no representar importancia para las nuevas generaciones, sin embargo, en síntesis la obra literaria, denota los trabajos y a veces los desenlaces trágicos de las corrientes migratorias hacia los Estados Unidos de Norte América que pone en proa hacia el sueño americano. Dos personajes señala el escritor que van a ir deshilando la trama: Daniel y Katrina, ambos procedentes de Europa en calidad de ilegales. Pasaron miles de peripecias para que las autoridades de migración no los pudieran deportar. Ellos provenían de Europa. Poco a poco fueron cristalizando sus sueños trabajando en actividades mal remuneradas y de mucho esfuerzo hasta lograr reunir la cantidad para adquirir 40 acres de tierras de cultivo. Cultiva la tierra y por las fechas en que sería levantada la primera cosecha paseaban por el puente de Nueva York. Daniel observó que se acercaba un policía y se aterrorizó y se tiró al rio y empezó a bracear desesperadamente y el agente disparó. El autor relata más o menos lo siguiente: Pero Daniel ya no bracea, flota a la inercia en tanto su cuerpo pasaba frente a la estatua de la libertad, un obsequio del pueblo francés a los norte americanos en cuya base precisamente invoca la libertad.
Hoy en día, muchos hermanos nuestros al igual que Daniel flotan en el rio grande al pretender pasar de mojados a los Estados Unidos cuya premisa supuestamente es la libertad.
Por su parte el escritor Cronin tiene obras críticas como, “Más allá del Silencio”, una sátira contra la justicia inglesa que condenó a un hombre a 40 años de prisión por un crimen que no había cometido. Circunstancialmente el hijo se entera y con la ayuda de un reportero desatan una campaña hasta lograr la libertad a la mitad de la condena. Aquel hombre había perdido valores, espíritu, la libertad de su alma. Esto es lo grande la de la literatura. Tiene también la autoría de: “Las llaves del Reino”, si mal no recuerdo es un señalamiento contra la mafia blanca, de esos médicos que faltan a su ética profesional. “Las Estrellas Miran Hacia Abajo”, donde con toda finura le pega sus cintarazos al partido laborista. Tanto el uno como el otro autor ¿Han variado las cosas?
Por su lado García Márquez, quien escribió “Cien Años de Soledad”, que siendo sincero las Úrsula y los Aurelio Buendía, aunque, así lo entendí, se viven 2 o 3 épocas, donde hay un denuncias por los monopolios de la América del Norte sobre la producción de plátano por ejemplo, así como el atraso de algunas comunidades que se asombran con la invención del hielo. Algo de pansexualismo. La otra obra más asimilable para un servidor es, “El Coronel No tiene Quien le Escriba” lo entendí como la vida miserable de un ex Revolucionario que día con día espera el comunicado de las autoridades correspondientes donde se le reconocen sus virtudes y seguramente la esperanza de llevar una vida mejor. Va vendiendo todo y no le queda más camino que vender un gallo viejo, que al preguntarle su esposa que iban a comer al día siguiente, contestó el coronel: ¡Mierda! Es el drama de las pensiones de 80, 90, y hasta 100 años que arriesgaron sus vidas y que finalmente viven en pueblos también olvidados y el epilogo de sus existencias se va escribiendo con miserias y estrecheces.
Dentro de los nuestros, el maestro Jesús Castro Agúndez fue un distinguido maestro y un destacado escritor que en su desempeño como maestro rural fue observando las costumbres, hechos, anécdotas de los habitantes de cada comunidad que visitaba para supervisar como marchaban las escuelas rurales. Sus obras que primero leí fueron “Patria Chica” y “Más Allá del Bermejo”. No recuerdo en cuál de los dos relata uno de corte Político con una crítica chusca. Se había nominado candidato del PRI al señor Gastón Vives Lucero, a la única Diputación Federal a la que teníamos derecho en nuestra calidad de territorio. A unos minutos de tomar protesta fue llamado con urgencia por el gobernador en turno, quien le dijo ya no eres el candidato. Minutos después entraban Ramón Ganelon Estrada presidente del PRI territorial y recibió instrucciones. El viejo general le había dicho que la gente de Santiago venía muy arisca por la determinación centralista del DF y que tratara de calmar los ánimos. Todos se encontraban ya en la entonces sede del PRI creo que se encontraba en Degollado y Belisario Domínguez. El Dr. Guillermo Corssen Luna entró saludando y abrazando gente que nunca lo habían visto. Luego se dirigió a unos señores con sombrero con rostros inexpugnables y al que parecía líder del grupo efusivamente lo abrazó y el rancheron le contestó: “Mire Dr. Lo que son las cosas, nosotros nos casamos sin conocer la novia. Pero no se preocupe el sufragio lo dejamos en Santiago y el efectivo ya nos los dio Ganelon”.