ECO PENÍNSULAR
• De ex gobernadores. • Hoy de Marcos Alberto Covarrubias. • La mayoría ha cumplido con B.C.S.
Alfredo González González.
El sábado anterior cumplió 9 años de fallecido el Lic. Víctor Manuel Liceaga Ruibal. Muchos recordamos las actitudes del ex gobernante que convertía a la residencia oficial desde el primero de diciembre de cada año en un centro de asistencia de colonos, maestros, periodistas, colegios de profesionistas, etc. Uno a la vez. Se aprovechaba para desearse las felicitaciones del advenimiento del redentor y del fin de año. Menudo, tamales, empanadas, etc.
Un día le pregunté que si por qué hacía eso. Respondió que, muchas gentes habían muerto sin conocer la residencia oficial, más que no fuera por el exterior. El inmueble se había construido durante el periodo el Gral. Agustín Olachea Avilés. Fue un hombre generoso, nadie podrá negar que cuando requirió satisfacer una necesidad urgente, no respondiera porque como ellos, era un sudcaliforniano más.
Organizó a los “amigos de siempre”, que año tras año se reunían en igual forma de todas las clases sociales y profesiones. Un hombre directo y de temperamento noble.
Víctor Manuel falleció en condiciones económicas endebles. Y hace años en la oración del recuerdo, Raúl Rousseau diría: Que a los hombres habían que honrarnos en vida y destacó cada una de las obras realizadas.
Algunos días después una respetable dama diría: No era el lugar indicado para que se dijera eso. La verdad es que caló muy hondo porque diciéndolo coloquialmente, fueron muchos los invitados y pocos los que agradecieron para que sus últimos días fueran gratos. Ni modo, es la condición humana. En lo personal algunas veces estuvo en nuestro hogar y en el de muchos y siempre se manifestó como un personaje sencillo.
Luego vinieron 12 años de cacicazgos, de un ayuno en donde la falta de oficio político, me refiero al sucesor de Mercado, inicia la venganza tal y como lo estamos viendo ahora a nivel federal, si no era de su partido, con nómina en mano, era borrado del trabajo.
A parte de otras cosas en lo que destaca el inicio del desmantelamiento del Caimancito. Astuto, y non plus ultra administrador del rencor. Le sucedió el emblema del nepotismo, porque su antecesor iba hilando el reinado que lo favorecería en el poder sudcaliforniano.
Sin embargo, por esas extrañas cosas de la política no llega el que ya habían determinado que fuera. Asume el poder Marcos Covarrubias Villaseñor. Continuó la obra de Alberto Alvarado Aramburo con el plan Hidráulico Estatal construyendo una presa que le impuso el nombre de Alvarado Aramburo. Este gesto lo retrata como un hombre sin celos políticos. Reconocer el mérito de los demás también es dignificarse a sí mismo. Eso hizo Marcos, porque sabía que una de nuestras limitantes es el agua. Dignificó a la prensa porque excepto 2 o 3, gozaban de los favores de su difusor habiendo un cambio total con la participación de Chava Salgado que desde un principio dijo: Estamos abiertos a todos.
Su antecesor había iniciado el sexenio con sangre con aquel accidente donde murieron más 40 comundeños por trasladarlos en transportes públicos.
Covarrubias se encargó de reabrir el expediente de Jonathan, porque curiosamente el que había sido procurador era el notario que dio fe de la venta de la playa norte del Caimancito, a un norteamericano llamado Jeffrey Curtis. Nos tocó acompañarlo a algunas giras y me enteré que en la misión de San José de Comondú había sido bautizado un niño de él.
La frase de este martes:
“El éxito de un hombre tiene mucho que ver con la entrega que tiene para con el pueblo que gobierna”.