1.- No debemos cumplir antojos a canijos.
2.- Se lo dijimos a la compañera de un gran amigo: ¡déjelo luchar!
3.- Todos a quien nos une la identidad debemos resistir.
4.- No puede triunfar la injusticia.
Por: Alfredo González González
Los clarines de la “esperanza” sonaron en la geografía nacional. Llegaba un “místico” de la política, se pregonaba a los cuatro puntos cardinales que nacería una “republica amorosa”, no persecuciones, no rencores, no mentir, no traiciones, no convertir a mexicanos en cobardes como Lozoya el soplón. En fin, no más injusticias tan dolorosas como la muerte de una campesina asesinada por la espalda por un guardia nacional, una aplicación correcta de lo que le corresponde a cada entidad por el ingreso nacional bruto, no más imprevisiones, etc. Aun así está al resguardo en la caja de pandora la esperanza.
Pero la republica amorosa se convirtió en la republica del odio donde sus hijos putativos de la 4T salvo honrosas excepciones corean todas sus ocurrencias, algunas causan risa y otras los ponen a reflexionar.
Quienes hemos estado confinados un año y que nos encontramos en el último trecho tuvimos tiempo de razonar y esto no es cuestión de partidos sino de la poca dignidad de quien representa a toda una nación y que al parecer esta empecinado en hacerla añicos.
Por otro lado, somos muchos los que nos identificamos con la identidad sudcaliforniana, contamos los de Durango, Sinaloa, Chihuahua, Sonora y nos une porque conocemos la historia y porque la suma de todas las entidades fortalece la nacionalidad.
Hubo oportunidad, es lo que hicieron supuestamente para buscar justicia. No les interesaba el valor absoluto del derecho que es la justicia sino el asegurar con la bandera del desprestigio procesos que la instancia correspondiente debe aplicar si hay respeto por el poder judicial.
Pero no, lo que se busco fue poner ante la picota pública y el escarnio para decir que ellos nomas son los buenos y los otros son los malos. Tan sencillo así. Por otro lado, aparecen frases en Facebook como la siguiente: “señor López Obrador, ya no nos diga lo que hicieron los otros. Díganos lo que ha hecho usted”, muy mal hecho también que no permitan que los funcionarios como el secretario de la función pública haya dado una declaración en el sentido que ya había economía carcomida en el poder ejecutivo federal. Sin embargo horas después, con toda la vergüenza del mundo declaró el subalterno, que es posible que hubieran existido márgenes de error. Caramba, vivimos o no vivimos bajo la férula de una persona que hace lo que le viene en gana y es delicado, es grave porque así esto será cuento de nunca acabar. Ninguno de los que tengan puesto de responsabilidad se animaran a hablar de la verdad aunque eso los convierta en cómplices, lo único es que suceda con lo que el Rey Midas, que pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro, de tal suerte que no podía no tocar los alimentos. En el pecado lleva la penitencia.
La frase de este martes dedicada Víctor Octavio García Castro: “ni en la calle, ni en la cárcel, ni bajo la procacidad de la maledicencia hizo que mermara su espíritu de independencia y rebeldía”.
(La ley del indomable)
¡Ándale Víctor, dale otro varejonazo al macho!