Por: Alfredo González González
1.- Para vergüenza de los senadores actuales
2.- Pablo Gómez: vamos a desarmar el andamiaje
3.- Todavía no distingue que los avances son hacia adelante, no hacia el retroceso
4.- Reflexión.
Por si algún senador sabe de los términos y los tamaños suficientes del Dr. Belisario Domínguez, senador de la república por Chiapas, vamos a darles una probadita a los lame suelas de López Obrador y que hoy ya se le retorció el tornillo.
Cuando Huerta disolvió el congreso y encarcelo a más de noventa diputados federales un valiente tribuno del estado de Chiapas expreso un discurso que le cambio la vida. Transcribimos unos fragmentos.
“Señores senadores, todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe leído por Victoriano Huerta, encierra un cumulo de falsedades”.
Indudablemente ese es un llamado a la impotencia de la desintegración de la vida nacional. Es esta patria que confía en vosotros y honradez y vuestro valor para ponerla en sus manos y prevé dificultades. Prosiguió el chiapaneco: “Denotó el gobierno de Huerta que no hizo nada por la pacificación del país y hay naciones que lo consideran un gobierno espurio. Nuestra nación esta deteriorada, nuestra historia en agonía, nuestros campos abandonados y la pacificación de Huerta consisten en incendiar pueblos y asesinar familias. Enardecido el chiapaneco ratifico de cómo se supo que agarro el poder por medio de la traición. Habría de decir Huerta: la paz llegara a México cueste lo que cueste (te falto agregar nada más: llueva, truene o relampaguee, como dijo su Tlatoani)
(Fin de la cita)
Dijo un erudito de los estudios del pretérito que muchas veces la historia se repite y no difiere mucho Victoriano Huerta con la de López Obrador.
El 7 de octubre de 1913 salió del senado y se dirigía al hotel donde estaba hospedado, cuando fue interceptado por los matones del dipsómano, fue ultimado a balazos, su ropa fue quemada con petróleo y para antes la lengua le había sido cortada y enviado a quien gobernaba con el convencimiento de la bayoneta y el fusil.
Reflexión: con dedicatoria a algunos senadores de MORENA. Jamás el amor a la fuerza ha sido bien visto, solo los cobardes la llevan a cabo. Porque a fuerzas ni los zapatos entran.
Todos los dictadores son melifluos, otros como Salgado Macedonio no existen vocablos en el diccionario para definirlo. Así son todos los dictadores y sus achichichincles. Lamentablemente en la actualidad unos cambiaron el pensamiento y las chisteras zapatistas, villistas, nateras, herrera, Argumedo, Quintero, y se encasquetaron un uniforme huertista, cuando trabajen o al menos eso dicen de civiles y son los mismos que al saborear las mieles de la burguesía nopalera en el poder, ahora son más papistas que el papa.
Se refugian en Juárez, pero son hijos de Huerta, de una señora apellidada Tiznada.
Huerta lo alcanzo el karma en una celda infecta de Texas clamando por una copa de licor. El tanto que Carranza sin quitarle méritos caía acribillado en la sierra de Tlaxcalaltongo Que por cierto habían premiado con cincuenta mil pesos de aquella época a Juan Guajardo el gobierno carrancista para que se encargara de la traición a don Emiliano. Suceso conocido por la opinión pública nacional y que llego a tal el descontento en el pueblo de Candela Coahuila, no lo quisieron recibir para sepultarlo.
(Alfredo González González dedicado a mi hijo Alfredo que está dando la mejor batalla)