- La verdad de Nacho Monroy.
- Brote de tuberculosis en el CERESO.
- Al descubierto rapiñas y demagogia.
- Ecos del Congreso.
Alfredo González González.
Una de las verdades de Nacho Monroy es la referente a que la ciudad capital podría quedar sin iluminación y también del suministro de agua, por un adeudo que sobrepasa los 30 millones de pesos a la comisión federal de electricidad. Había referirse al monto aludido es parte de la herencia que le dejaron en la caja de Pandora en un acto de irresponsabilidad y falta de ética Política. Monroy con justa razón pensó en el alto honor que le representaría el ser edil paceño, pero no reparó que la premisa de quien lo dejó colgado de la brocha fue la frase aquella de: El que venga atrás que arree. Está haciendo esfuerzos desesperados porque no falten los servicios prioritarios. Ojalá no vaya a sacrificar aquella expresión muy sabia que dice: Primero hay que comer que ser cristiano. Entiendo y comprendo su estado de ánimo, su impotencia, sus horas de desvelo, porque no se vale que por componendas, dispendios y otras barbaridades herede las ruinas y también la incapacidad de liquidez. Lo grave de esto son las formas inveteradas de la gente a poner en evidencia a quien no tienen culpa. Cuidado, Nacho, pero te felicito por tu reciente declaración sobre esa herencia maldita que te endilgaron.
Correlacionando lo anterior, si nada más por concepto de pago a la comisión federal de electricidad es de 30 millones de pesos, esto señala de la forma en que se manejaron los recursos antes de la llegada de Nacho Monroy al edificio de Luis Donaldo Colosio y Carabineros.
No sé si él lo recordará, antes de asumir el interinato honroso pero en banca rota, le dije: Pinta tu raya. Es conveniente un acta circunstanciada sancionada por notario público y testigo. Sería tu única defensa. Debe haber constancia de un antes y un después de Monroy. Nunca supe si lo hizo, porque solamente una vez tuve la oportunidad de hablar, pero llevada prisa. Por lo que a un servidor respecta, puede tener la seguridad que estoy en paz, aunque sea triste que un cumulo de buenas intenciones se transformen por las culpas ajenas. Esperamos que a lo anterior no sigan brotando las miasmas de albañales donde se conjugan los más perversos intereses personales, que antepusieron a las responsabilidades del rencor, la frustración y una venganza contra el partido que les negó la oportunidad. Te deseamos suerte.
Familias y algunos internos del Cereso de esta ciudad nos hacen saber que miembros de sus hogares que se encuentran cumpliendo alguna condena les dejaron la inquietud de que existen casos de tuberculosis en el reclusorio. No sería por demás que las autoridades de salud investigaran cuales son los índices de esta enfermedad. Antes representaba un temor a contraerla, inclusive la otrora sede del hospital Juan María de Salvatierra en la avenida Bravo, los aisló en una institución llamada hospital antituberculoso Roberto Koch. Al paso del tiempo se concluyó que el padecimiento no era sensiblemente contagioso, porque pues curarse con tratamientos y los medicamentos ya existen. Esto debe representar el que se supervise el reclusorio, pues aun cuando sea una enfermedad, la cantidad de reclusos es considerable y el espacio donde se mueven podría representar contratiempos por los que ahí pertenecen por algún tiempo. Servidas, señoras.
En los Ecos del Congreso asistimos a una sesión y ponderamos la presencia de Juan Domingo Carballo Ruiz, Omar Zavala y Lupita Olays Davis. No hubo ningún pronunciamiento, iniciativa o alguna otra declaratoria, pues quien iba a participar una Diputada loretana, no se presentó.
La frase de este miércoles es aquella que aplicaba Raúl Velasco: Aún hay más.