Por: Alfredo González González
1.- Identidad en el sector salud
2.- Solidaridad en lo oficial y en lo privado
3.- Testimonios de los adversarios de la muerte
4.- Causa Justa: Robledo Santana.
La reciente marcha de los hombres y mujeres de blanco del mundo de la salud decidieron hacer valer su integración y darle fortaleza a uno de los derechos humanos más sagrados: el de la salud.
El primer mensaje que se da al pueblo sudcaliforniano, ya que al margen de credos políticos, credos religiosos y condición económica, se unieron el sector oficial y el privado para hacer valer sus derechos.
Los profesionales de la medicina es un trabajo donde la ecuación paciente- doctor se cohesionan para caminar de la mano. En esto también participan camilleros, enfermeros y enfermeras, personal de intendencia y conductores de ambulancias. O sea, es el pleno conocimiento de actos violatorios contra uno de las profesiones más sagradas.
Cuando se dice que es mejor vacunar que aplicar un tratamiento es un concepto axiomático. Por eso llama extrañeza aunque a estas alturas ya no nos debiera el gobierno federal haya descuidado el mandar los insumos a tiempo y se perdió un tiempo precioso como lo afirmo Gatell, subsecretario federal de salud. El mismo lo reconocióy ahora por su propia negligencia tenemos miles de mexicanos en la sepultura, entonces a que esta ira patológica de dejar para lo último a los médicos porque la de los sectores privados también están en la línea de fuego y han salvado vidas.
Tiempo de preguntar: ¿qué le van a decir a padres de familia o a familiares en general porque razón no estaban preparados para la pandemia? Y no podemos culpar a los médicos del sector privado. Pero de todo esto surgió algo grande, el espíritu solidario del sector oficial porque se unieron a una caminata sin estridencias, sin destrozos, sin filípicas majaderas como acostumbran algunos cortesanos de López Obrador y quedó demostrado que ante todo peligro cuando la gente se solidariza tiene los días contados.
A todo el rosario de contradicciones y majaderías y actitudes del señor López Obrador está todo contabilizado del libro de las ofensas al pueblo de México.
Dijo un célebre científico: “no sé cómo habiendo tanta gente buena tengamos que soportar a la gente mala” y así como se dice que dios es misericordioso, que no se les olvide que también es justo.
En otras palabras para buenos todo lo bueno, para aquellos que construyen el mal por placer, nada más justicia.
Este es el sexenio de las plañideras. Cuando Eva Perón llego al poder en Argentina por medio del partido justicialista en uno de sus discursos que calentaban, dijo: todo gobernante que llega al poder no debe quejarse como plañidera. Que se ponga a trabajar y normalizada las cosas aplique la justicia a quien sea menester y vamos a insistir para que no quede la sombra de las dudas, no defendemos lo indefendible. Si quienes les antecedieron se portaron mal deben ser juzgados conforme a derecho pero no andar criando superhéroes “investigadores” para llevar a la picota pública a quienes tenían como a un soplón que muy pronto en público y a todo color será nombrado ciudadano “alertador” o lo que es lo mismo, el estigma del soplón maldecido desde aquel justo crucificado.