1.- Que alguien nos explique
2.- hay políticos que tienen el don de la ubicuidad
3.- Mientras que en la entidad se sentía el conteo el presidente de MORENA daba por hecho el triunfo de sus correligionarios.
4.- Reflexión.
Por: Alfredo González González
Uno de los programas de Derbez cuando encontraba disparates en su entorno decía: ¡Qué alguien me explique!Esa reminiscencia tuve el pasado domingo que fue no el “Día D” sino el de los diablos sueltos, porque iban gente de chile, de manteca y de frijoles con gorgojos, barra libre y mucho parné para los carnales. Que alguien nos diga, que alguien nos explique.
El destino de un país es mucho más que argucias, amenazas, y esa especie de terrorismo sobre presuntas faltas si no me dejan hacer esto o no me dejan hace aquello.
Quienes amanecieron todavía con la dulce alegría de la embriaguez y de un fajo de billetes muchas veces con pringas de sangre no alcanzan a comprender que un proceso democrático conlleva el establecer bases importantes para el devenir de una nación y que en ello va lo que les pase o les deje de pasar a nuestros hijos y sus hijos.
A veces es un pecado en boca de algunos megalómanos hablan de una democracia que ha caminado con bastón, con muletas y en muchas ocasiones le han pateado la parte anterior de su corazón.
Pero esto como dijo un personaje pragmático “ya es historia” salvo haya algunos casos que vayan a ser determinantes en los parlamentos”.
Lo anterior también lo decimos desde las 5-6 de la tarde del domingo anterior los que hoy se dirigen como ganadores ya daban por ganada la elección. A la ulsanza de los que dan el primer jalón, se levantan con el triunfo y mientras los oponentes seguían buscando boletas por allá donde se determina el rumbo y vía de los mexicanos ya tenían datos de los resultados. ¡Que alguien nos explique! En un juego de palabras tedioso vamos a recordar al ingeniero y piloto aviador Arturo Navarro encinas, sudcaliforniano hasta el holocausto, amamantado con la leche de los chuniques de las ciruelas del mogote y que en más de una ocasión tuvo algunos lances con el auténtico arribista mas no el adoptivo que decía: “los sudcalifornianos son pendejos” (sic)
Lo anterior calentaba mucho a don Antonio y un día les contesto: “los sudcalifornianos ya sabemos que somos pendejos, pero más pendejos son aquellos que creyéndonos pendejos, son más pendejos que nosotros”.
Y ya que andamos por el rumbo de la anécdota, en una ocasión trajeron a un chilangazo que no pierde ni el modito de hablar ni de caminar para que se hiciera cargo de una de las maquinas en la que iba recolectando la sal, los llamados tortón, a los lados iba el pobrerío que no sabía manejar dichos aparatos. Al sonar el silbato hora del bastimento se paraba la máquina y los trabajadores de a pie dejaban sus palas y sacaban sus loncheras y el operador de la maquina se paraba y les gritaba: “desde acá arriba los veo desde lejos, como a los conejos, orejones y pendejos”:
Era el pan cotidiano. Un buen día llegó un paisa de allí de San Ignacio de una estatura poco común y unos brazos cual si fueran cigüeñales, se quejaron con él y al día siguiente se repitió la operación. Sonó el silbato, apagaron operaciones. Empezaron a tomar sus alimentos y otra vez el insolente se ríe como un monarca de pacotilla y les vuelve a gritar: desde aquí arriba los veo como a los conejos, orejones y pendejos”.
¡Me! Las auras vuelan más alto y se bajan a comer cagada.
La frase de este día: “¡que alguien nos explique!”