1.- ¿Ahora contra la fuerza aérea?
2.- En la mira las clases medias.
3.- Muy pronto una propuesta popular.
4.- Reflexión.
Por: Alfredo González González
Hace unas horas por las redes se filtró una información que tal pareciera es una forma de prevenirse propiciado por un síndrome de paranoia. Se dijo que el ejecutivo federal había sido invitado a que abordara una aeronave lo cual no acepto y que unos minutos después de su despegue se había accidentado fatídicamente. Dos vertientes mucho muy difíciles de comprender, porque se supone que una guardia nacional está atenta a todos estos supuestos riesgos. El duendecillo de la intriga, ya había propiciado un roce con la armada de México y si no bastara ahora parece que hay un sentido de distracción y sobretodo de división con la fuerza aérea mexicana.
Es importante que los medios al alcance presidencial aclaren estas situaciones, porque lo único que se está haciendo es abrir una grieta más grande que la falla de San Andrés. Pero también conlleva la “intención” de que las fuerzas de aire, mar y tierra estén divididas y en todo caso y en una forma de autodefensa cobijar o darle forma a un golpe de estado en que las fuerzas nacionales se pudieran dividir. Nadie puede gobernar con un país, con un estado, con un municipio, con una delegación o subdelegación divididas.
Lo más extraño de todo esto o se supone que existe un canal de información, de investigación, estén más ocupados en que la gente y sectores tan importantes y vitales encargadas de salvaguardar la soberanía nacional estén desgastadas, no es bueno para nadie, muchas veces el alboroto y los factores de distracción hacen que la gente desconcentre su atención como por ejemplo donde quedaron al desnudo las clases de negocios que llevan a cabo los hombres “puros”, “honestos” e “incapaces de tomar” lo ajeno, cuando tres puntos de vista coincidieron que a ello se debió a una falta de mantenimiento en lo de la línea 12 aun cuando sabían que si bien de seguridad estaban resentidos con un reciente sismo en la Ciudad de México, les valió puritita madre y hubo otra ofrenda a Huitzilopochtli a más de dos docenas de muertos. Así como, pues.
Lo que es difícil de asimilar es que nunca el señor presidente sabe admitir una verdad que está enfrente.
La derrota que obtuvo en las pasadas elecciones, porque fue el mayor perdedor, donde las clases medias tuvieron mucho que ver y por el lado legal lo ha llevado a pensar en unas nuevas clases medias. ¡Pero qué bárbaro!; las clases medias la representan los maestros, médicos, todos los profesionales, pescadores, agricultores, los neveros, los restauranteros, los comerciantes, nosotros quisiéramos preguntar de donde va a sacar tano relevo o es como esta nueva normalidad que hace brotes aquí y brotes allá en la pandemia.
No es el juego de palabras, no son las fintas, debe encarar los problemas si Ebrard es culpable, que le corte la cabeza, si la señora gobernadora es culpable que haga maletas, pero hay una cerrazón peligrosa a no querer admitir que se equivocan. Hubo 14 funcionarios de primera línea que prefirieron renunciar antes de alterar la norma correspondiente, Entre ellos el de hacienda y crédito público, los mismos cocineros y cocineras 14 en total. ¿Razones? las desconocemos. Un ángulo importante en el desempeño particular y oficial es el Estado Mayor presidencial, lo desaparecen, es el encargado de su ropa que usara en una ceremonia, de elaborar las tarjetas con datos históricos a un lugar qué va a ir y no ande confundiendo para decir que el siervo de la nación era Vicente Guerrero y no José María Morelos y Pavón, por dios que alguien le diga, pero que le van a decir una bola de zánganos que lo confunden o él quiere vivir confundido. El estado mayor es que que hace la síntesis de los libros reciéneditados por si va a estar en una reunión con intelectuales. Su modo de vestir no es sacarte una manga de la camisa o llevar zapatos sucios a ver a la vicepresidenta de los Estados Unidos de América, jamás el estado mayor hubiesepermitido que en un encuentro diplomático llegara en situaciones tan lamentables. No pero a él le interesa más que esos, un presidente popular y con todo el respeto que lo merece entre lo popular y populachero hay un gran trecho.
En otras ocasiones le hemos dicho: reflexionen, las mañaneras hágalas un poco más tarde para que descanse, no se arriesgue a tantas cosas a veces ofensivas en la que no estamos de acuerdo, pero parece gozar en un acto de resistencia y esto no implica a aquellos que críticamente con análisis le están diciendo los porqués toman las posiciones en esta hora de México les ha deparado el destino.
Anunció una nueva normalidad después de 600 mil muertes por la pandemia, unas por contagio y otras por no ver lo indispensable y prioritario, porque no acepta de ningunas forma que alguien lo haga razonar. La esperanza que se ofrecía se convierte en una senda de gasas al rojo vivo, el ve a un México con pensiones vitalicias condicionadas a un voto, el ve a un México con un diputado federal que se ensaña con las mujeres, las lleva a juicio político y a otras las regaña sin importar libertad de prensa, hay muchos mexicos. Recién anunciado que no subirían las tarifas de consumo eléctrico, latiguean la espalda del pueblo con otro chingadazo y aquí está la disyuntiva: comemos y estamos a oscuras o tenemos luz y nos morimos de hambre. No tenemos nada en contra de las plazas acomodadas sobre todos aquellos obtenidas con orgullo y sacrificio y mucho menos en contra de nuestros hermanos más humildes que nosotros, no mucho en la distancia, estamos en contra de que cada vez que se le viene un problema encima empieza a decir que está en peligro, que hay un complot que los jubilados y pensionados no nos dan más de lo que merecemos y aún falta por hacer, las clases medias populares no son responsables de un golpe electoral qué acaban de sufrir.
La frase de este miércoles: “Hablar es de necios, callar de cobardes y escuchar de sabios”.