1.- Lilly Téllez: valor civil.
2.- Sin ambages se dirigió a pintos y colorados.
3.- Pero si persiste el manoseo de la corte federal se hará fatídico.
Por: Alfredo González González
Vamos a hacer algunos ecos de la pasada participación de la senadora Lilly Téllez que consolida el valor civil de la mujer mexicana.
Fue clara y precisa y dijo algo que no escapó nuestra atención: los arreglos en lo oscuro jamás ha dado clarificación a los sucesos nacionales.
Los certeros juicios de la tribuna Téllez fue un fierro candente en muchas conciencias porque señaló a sus homólogos salvo las excepciones del contuvo y la política alcobera de pintos, colorados, verdes y asoleados, o sea, una cofradía de sinvergüenzas y dictadores en ciernes. Señala la valiente política que esa sociedad de impunidad es la que ha permitido el manipular el alma de la republica que es la carta federal, solo así se entiende que no quiera entrarle a Salinas de Gortari, a Fox, Calderón y todos aquellos, medularmente el caponero de Salinas de Gortari, actor intelectual del asesinato de don Luis Donaldo Colosio y que lamentablemente no voces propias en los tricolores de esa época llevar a la comisión de honor y justicia a un grupo de gentes que propicio la debacle que hoy aprovecha a placer un presidente impune y qué va a ponerle colas a los periodistas para exhibirlos, sobre todo a los que le recalcan los errores sin salirse de los límites que marca el articulo correspondiente a la libertad de prensa.
Creemos que no existe mayor claridad que la que expone la senadora. Los señores senadores hasta hoy como mayoría calificada al no actuar frente a la mortandad propiciada por la pandemia y que está haciendo trizas a la población de San José del Cabo, baja california sur entre otras es suficiente razón para no andar con contemplaciones y poner a cada chango en su mecate.
Nos decía un gran amigo el día de ayer que en el trayecto de su casa al trabajo diariamente hay cortejos de 4 ó 5 carrosas funerarias. La cosa no está fácil. Por otro lado el señor Ebrard fehacientemente le fueron comprobados los movimientos que hizo y que ocasiono un siniestro. ¿Cuánto vale la vida de un ser humano?
De todo esto surgió la reflexión en el sentido de que el pueblo de México en medio de la tragedia satiriza los sucesos: cuentan que un ropavejero se desplazaba por algunas calles de la gran ciudad y el pregón se escuchaba: ¡Coooooooooompro llantas viejas, mesas que arreglar, bicicletas que no necesiteeeeeeeeen! Y continuaba su peregrinaje por la colonia Roma, la Narvarte y se escuchabael pregón con el mismo sonsonete: ¡Comprooooooo gasas viejas, pantalones que remendaaaaar, vestidos que no se pongan, y zapatoooos! Le invertía 200 pesos a todo lo que compraba e iba separando las cosas que adquiría. Al final de la jornada con los arreglos que hacia tenía una ganancia de 200 pesos.
La parroquia de los pulqueros platicaban en una pulquería que un día llego hasta un edificio grande con varios balconesal frente distinguiéndose el balcón central. Una plaza grande completamente sola y se paró en un enorme portón y dijo: “aquí no hay cosas viejas, vamos a tratar de adquirir algunas cualidades que desde hace mucho tiempo se nos extraviaron” y empezó el pregón:
¡Compro honradez, dignidad, anticorrupcioooon! Le contestaba un silencio como dijo un poema español, más grande que el tropel… insistía el ropavejero: ¡compro verdad, compro gente que no sea criminal, y que atienda a los niños que se están muriendo de cáncer! Seguía el silencio, se acercó al portón y no había nadie, lo único que vio un letrero que decía: “Los que estaban ya se fueron, hubo cambio de administración”.
De repente escucho el tronar de cuetes y música, con pancartas, con leyendas: “triunfaron las clases medias populares. No más revolucionarios con pensamientos burgueses, no más robos institucionalizados, no más ultraje en la constitución” en unos cuantos minutos había más de un cuarto de millón de gentes en una gran planta. Y el pregonero se fue gritando: ¡necesitamos gentes como estaaaaaas”.