Pfstt Pfst.. Señor presidente ¿Dónde quedo aquel hombre con ideales?
De acuerdo: abrazos, no balazos pero tampoco martinazos.
Washington observando hacia la frontera sur.
Por: Alfredo González González
No todos los presidentes de México han tenido hermanos incomodos. En el sexenio de 1940-1946 el ejecutivo Manuel Ávila Camacho tuvo su incomodidad con su hermano Maximino, cuyo sello distintivo era el que una mujer que le atraía no cesaba hasta que conseguía su objetivo. Le salió lumbre con el esposo de María Antonieta Pons, conocida artista cubana que le comento a su marido las pretensiones del primer hermano de México. Juan Orol se presentó ante Maximino y le dijo que cualquier cosa que tuviera que arreglar con su esposa lo iba a resolver con él. Santo remedio.
Posteriormente y más recientemente Salinas de Gortari tuvo también su incomodidad, su hermano Raúl que había depositado millones de dólares en un banco en Suiza. Fue un escándalo nacional. Al llegar Peña Nieto se descongelaron las cuentas de Saúl y le entregaron su dinero, ganado pero no con el sudor de su frente.
A estas fechas también en San Juan hace aire. Dos hermanos de López Obrador han sido sorprendidos en flagrancia recibiendo dinero a escondidillas obviamente para llevar agua al molino en su proyecto. Se iniciaba así una carrera de extorsiones y cohechos. Se trató entonces de Pio López Obrador. El último de los casos seguramente también con el mismo fin agarraron como al tigre de Santa Julia a Martín López Obrador con una cantidad de 150 mil pesos aproximadamente, esto pertenece seguramente a un programa bien definido que obviamente no tienen conocimiento las autoridades y el uso del dinero es aplicado a crear conciencia a través de los votos inducidos.
Podemos coincidir con el señor presidente que debemos dividir los problemas a través de una abertura pacifica pero al militarizar el país nos muestra un rostro como el de la paz porfiriana: doblegando voluntades a punta de bayoneta o de matarlos en caliente como decía el que fuera el héroe del dos de abril de 1862.
Una y otra vez sus asesores lo hacen resbalarse al repartir las pensiones a adultos mayores que de hecho es un mandato constitucional y si otros no lo hicieron ello no lo faculto para aplicarlo a los procesos electorales. Las mañanas pareciera ser dirigidas por Gebells, ministro de formación de la Alemania nazi distinguido por una expresión: una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad.
Por lo que respecta a Rebeca Barrera, correlacionamos el “triunfo” electoral como una arremetida feroz aunque hay que compartir los triunfos, ya que en el área donde se desenvuelve el ejecutivo federal se mermaron 16 millones de votos lo que no califica como mayoría a los morenos en la cámara de diputados. Y es que hay hartazgo, enfado, coraje, ira, por los acontecimientos que a través de los medios masivos de comunicación han sido dados a conocer. Alguien decía que hay más militares en las calles que cuerpos de seguridad civil y se pregunta que si a que le temen.
En el caso específico de Baja California Sur la tarde noche del día 6 de junio día de la elección en varios estados de la república, el pastor mayor de los morenos daba como ganadores a los candidatos de su partido, aun cuando quedaban urnas que seguían contando en centros como la colonia bellavista e indeco, por eso dijimos que tenía el don de la ubicuidad o de plano se desesperó al saber que en política a veces al que madruga Dios lo ayuda pero estamos seguros que Dios no colaboro en esta acción. Poco antes que ese hecho se comentaba de la vocación personal por los candidatos de uno de los partidos políticos, muy su gusto y muy respetable, pero debe, creo, entender que deben separarse la simpatía particular de la voluntad popular y siendo subalternada a la institución nacional, que no dudamos, pronto se hará el blanco de los desahogos de don Andrés Manuel y gavilla que le acompaña que esto pretenda darle el desprestigio al titular nacional del INE. Y no a quienes trazaron en forma desesperada algo que todavía mucha gente no alcanza a comprender cuando empresas encuestadoras serias apuntaban hacia otro lado.