1.- El servicio diplomático del exterior.
2.- No se debe apoyar al totalitarismo.
3.- Efectivamente, Juárez defendió la soberanía de las naciones
4.- Cada nación debe ser libre de trazar su destino.
Por: Alfredo González González
El ser humano aun cuando ha llegado a la plenitud de su personalidad, no deja de tener las limitantes entre ellas la de no andarse involucrando en decisiones que no le corresponden, si bíblicamente es cierto que David derroto a Goliat con la ayuda del supremo hacedor eso es diferente a la búsqueda desesperada de un liderazgo porque no es lo mismo. Viene a colación por lo que parece un ultimátum de México a los Estados Unidos de Norteamérica con respecto al caso de la hermana República de Cuba.
Hay dos cosas que deben mantener con cierto y esto lo saben los encargados de la diplomacia exterior: la ubicación geográfica de nuestro país y la importancia de la sociedad comercial y aquí los economistas deben emplear toda su inteligencia para torear al toro y dejar a salvo la dignidad nacional.
Hoy en apoyo que lo conforma el servicio diplomático del exterior, debe imponer su criterio y evitar que el país al sur del rio grande, pueda tener severos tropiezos con su vecino del norte.
Ya esta bueno de ejercer distractores pues pareciera ser que el país cada vez esta en problemas internos, acude a actitudes para distraer la atención de nuestros connacionales y ojalá que se depositaran las responsabilidades del quehacer nacional a las áreas que se le corresponden. Ni aunque no queramos decirlo, el servicio diplomático del exterior en nuestro país es de puro membrete porque no advierten las consecuencias.
Hoy, es la solidaridad con Cuba, contra “el imperialismo yanqui”. El caso es que por una o por otras razones la honda del David mexicano no va a poder con el Goliat norteamericano. Entre 1956 y 57, Castro, Guevara, Cienfuegos y otros eran el producto de su tiempo y sus circunstancias. Pero, el gran ideal se fue degradando. No puede haber democracia en un país donde el hambre, el desempleo, la miseria y un sinfín de males sociales, son producto de una mala administración de los otroras revolucionarios que están centralizados en el poder y también su deseo de libertad se manifiesta en una segunda generación que trata por todos los medios de abandonar la isla.
Por si muchos no lo sabían, un presidente norteamericano John. F Kennedy no permitió que abortara la misión en Bahía Cochinos. Kennedy no quiso dar la orden para que la fuerza aérea hiciera trizas el desembarco.
Por otro lado, Cuba no puede estar en medio de una guerra fría y de unos deseosos de un sistema y otros de otro. Los padres de esta generación sufrieron el totalitarismo del criminal Fulgencio Batista, que dicho sea de paso cuando la insurgencia al frente de Castro estaba a unas cuantas millas de La Habana salió huyendo como las ratas pero antes ordeno que la fuerza aérea ametrallara el pueblo cubano y ahora los herederos de Castro centralizan el poder, déjenlos solos y esto va para los rusos también.
El pueblo de México no puede estar ajeno a lo que sucede en su entorno. Pero tampoco puede embarcarse en una aventura por notoriedad o por ganas de emular a los estadistas que hablaron de la autodeterminación que no debe interpretarse como la aceptación de la presencia de potencias extranjeras. El apotegma juarista de que hay que respetar los derechos ajenos pero vamos a repetir que complemento este pensamiento con: la democracia es el destino de la humanidad”. Y no seria malo que los recordáramos quienes ahora andamos de nalgas tibias tratando de arreglar lo que compete a los cubanos y a nadie más.
Si los integrantes del servicio diplomático del exterior no hacen entrar en razón a quien debe hacerlo, vamos recordando también que es momento que los rusos, los yanquis, y los paniaguados de Stalin o de los asesinos de Kennedy dejen de andar en otros países metiendo las narices donde no los llaman.
Ayudemos a los cubanos con poco de lo que tengamos, por acá también hay necesidades, terrorismo tenue, saltimbanquis que pregonan la democracia brincando de una diputación a una senaduría y viceversa y no haciendo nada porque enrumbemos hacia el horizonte a quien señalo Juárez, pero que ya hubo una pequeña y gran grieta que suman catorce millones de la clase media. Al final de la jornada no lo queremos decir: “tu lo quisiste, fraile mostén, tu lo quisiste, tu te lo ten”.