- El Guille en aprietos.
- Sí, me acordé de ustedes.
- La experiencia de Sixto Rodarte.
Alfredo González González.
Ha sido tema recurrente el problema por el que atraviesa el alcalde de Mulegé Lic. Guillermo Santillán Meza. La situación es sencilla pero llena de complejidades. Sencilla porque simplemente se adeudan más de 25 quincenas a trabajadores del municipio. Complejas porque no se sabe cómo subsanar este grave problema que está lastimando severamente los hogares muleginos.
También, el día de hoy martes, el congreso según se dio a conocer, podrá decidir si merece el desafuero o bien se buscan las formas de renegociar deudas y que la próxima administración enfrente los primeros impactos. Es un laberinto que no es fácil encontrar la luz del túnel, porque primero Santillán debe comprobar en qué se invirtieron los dineros que correspondían a satisfacer las necesidades prioritarias de sus trabajadores. Es una ironía que Mulegé siendo el territorio más rico en recursos naturales como la pesca, agricultura, ganadería y minería, etc., resulta ser el municipio más pobre, porque la burocracia municipal ha entendido perfectamente bien que la libertad del ser humano es la conciencia de sus necesidades, mismas que ellos están sin poder resolver y no ha habido capacidad de gestionar, plantear y que se yo, porque son sus trabajadores que están pasando las de Caín. No estoy de acuerdo que se le ponga ante el pelotón de fusilamiento, ni que salga lapidado, aunque sea su responsabilidad, pero que estos problemas sean ejemplos para que los futuros alcaldes no usen la manga ancha ni las expresiones, mañana Dios dirá porque primero hay que comer que ser cristiano.
Sí, me acordé de ustedes, el 7 de agosto pasado cuando mi hijo Alfredo cumplió 38 años de edad y que otro entrañable amigo también haya cumplido un año más de existencia me refiero al médico Elías Rodríguez Ríos, ubicado en el área de medicina general del ISSSTE. Para ellos 2 el abrazo de afecto y de estimación, de respeto y de fraternidad y que Dios los conserve muchos años más.
También me acordé de la persona a quien me unieron las luchas sociales y la bizarría con la que sacó al semanario al Eco de California a la calle en busca del autogobierno, no solamente en 1965 sino también en 1970. Me refiero a mi compadre Félix Alberto Ortega Romero que todavía no me explico el por qué ni un certamen de periodismo haya llevado su nombre. Yo si me acordé de ti, hermano y evoqué tu ubicación en la pequeña Sierra de las playitas de la concepción donde descansas a lado de tu abuelo el abogado ranchero Félix Ortega Aguilar. Yo si me acordé de ustedes.
Por otro lado el lunes por la mañana me tocó concluir el café matutino con otro gran amigo el maestro Sixto Rodarte. Se trata de una persona que muchos servicios prestó a la administración pública. Pero una rabia incontenible de quien se creyó hijo de los dioses como Nerón y Calígula trató de acabar con sus ilusiones y sus esperanzas, pero estas últimas lo han impulsado a seguir adelante, porque Don Leonel Cota Montaño, creador del laboratorio de los malditos trató de pisotear la dignidad olvidándose que era también él, un sudcaliforniano. El karma viene en camino. Pero más bien quiero referirme y que me permita Sixto que cometa una imprudencia si relato su experiencia mística de hace algunas mañanitas frías, un poco agobiado por los problemas económicos de los que muchos adolecemos pero finalmente una persona que no ha perdido la fe ni la esperanza, pidió con todo su corazón a la imagen sagrada a la que está encomendado y la petición fue que si, lo escuchaba de alguna forma lo manifestara. Mañana fresquecita, serena, al observar a su alrededor la rama una sola de ellas, se movió a un lado hacia otro y lo tomó como una señal. A las pocas horas se le comunicaba que tenía un postor para la compraventa de su casa que es demasiada amplia, adquirir una más pequeña, y fortalecerse con el remanente. Eso que me comentó fortaleció mis ánimos, porque jamás he perdido ni perderé la fe y la esperanza como se los dijo aquel justo a nuestros viejos abuelos. Bien por Sixto.