1.- México es de los mexicanos. No es propiedad de un capricho.
2.- Nacionalmente existen tres transformaciones: independencia, reforma y revolución.
3.- La 1T en BCS fue el plebiscito de 1920.
Por: Alfredo González González
Todo el basamento de una nación está compuesto de diversas costumbres, luchas, tradiciones y todo aquello que encierra un común denominador para darle forma a un país, a una patria cuyo vocablo significa la tierra de nuestros padres. En estas condiciones pues, la 1T fue la independencia, la 2T la reforma y la 3T la revolución mexicana.
En el caso de BCS su primera transformación fue el plebiscito en 1920, aun cuando estuvo unida a la entidad a los mandatos de la carta federal, pero políticamente sufríamos un coloniaje, lo mismo que en lo económico. Después vendrían movimientos sociales pero la 1T es ese acto democrático que protagonizo el ganadero y contador Agustín Arriola Martínez y el coronel Urbano Angulo. Los de allá arriba no adicionaron a la constitución federal la decisión de Adolfo de la Huerta para que se llevara a cabo un acto que no dejara dudas como muchas que van quedando y no me digan que no.
Pero hoy en día nos encontramos que personajes como Gerardo Noroña le atiza candela a los que no pertenecen a su partido. Entonces ¿Cuál pluripartidismo? Quiere decir que los buenos son ellos, que no cometen errores, y que si son afectos a no abrazos y si balazos.
Los movimientos cívicos que han existido en forma respetuosa, ordenada, se dieron en un marco legal. Es el sentido innato de liberarse del yugo político extraterritoriales y coloniajes económicos cuando no les ha dado su re jodida gana de ser mas equitativos en la distribución del ingreso nacional bruto.
Aceptar las mentiras de la señora Claudia cuando asegura que no ha faltado nada en los hospitales del ISSSTE, vaya cinismo. Cuando están incursionando la salida de los niños a la escuela manifestando poco respeto por la vida del ser humano. Pero que desastre, Dios mío, no hay que decirles nada, se prohíbe analizar críticamente aunque los hechos estén a la vista. Para tenerlos contentos hay que seguir permitiendo que un guardia nacional mate a una campesina defendiendo la poca agua de la Boquilla. Pero si la ley se va a ostentar en aceptar las bofetadas en el rostro, no sé si otros hermanos y compatriotas están dispuestos a seguir sufriendo estas atrocidades.
Se molestan porque hay críticas, quiere decir que hay que aplaudir lo mal hecho y ahora hasta en esta entidad hay “advertencias” que huelen a terrorismo. No señor.
Estamos pendientes todavía con ese olor a azufre y a estiércol de vampiro que dejaron Narciso Agundes Montaño y don Leonel, ese último que tostoneo los polígonos del cerro de la calavera donde hay desarrollos habitacionales y el otro. Hay que darles borrón y cuenta nueva porque son de izquierda, bonita situación. Un gobernador con mera orientación de izquierda dono la playa norte del caimancito. Fue testigo de la transacción el señor Jeff Curtis, fue al tiempo precisamente donde mataron a Jonathan Hernández, un joven profesionista, nadie supo y nadie sabe. Pero eso no cuenta. Eso es circunstancial y como va a serlo si se trata de una vida humana y de un patrimonio que pertenecía a los sudcalifornianos. Esto lo recuerdo porque los mastines de Agúndez quisieron intimidarme aterrorizando a alguna de mis hijas y nos propusimos ponernos una vez colorados que cien descoloridos. Estoy diciendo que no debí utilizar un vocabulario tan ardiente pero no hay peor acicate que los que se quieran desquitar con gente inocente. No soy rencoroso, pero no se me olvidan los nombres. Estas fueron gracias. No fueron delitos con los que ahora se dan baños de pureza.