Editorial.
De Nezahualcóyotl hasta escritores contemporáneos como Jorge Luis Borges el día de ayer cumplió años de nacido.
Fue un exponente de la literatura latinoamericana donde se incorporaron García Márquez, Luis Espota, Blanco Moeno y muchos otros.
Como se sabe, el señor de Texcoco o Rey se llamaba Nezahualcóyotl y era un poeta exquisito. Veamos: Madre mía cuando muera – entiérrame en el hogar –y al hacer el pan espera – y por mi ponte a llorar – y si alguien se empeña en saber porque llorar – Dile que la leña es verde y el humo te hace llorar. (sic)
Jorge Borges nació el 24 de agosto de 1899 y fue un exponente de algunas disciplinas de la literatura. Blanco Moeno domino algunos géneros históricos como las crónicas de la revolución mexicana, Juárez ante Dios y ante los hombres y uno que relata parte de su infancia en Alvarado Veracruz, “Un Son que canta en el rio”.
García Márquez con 100 años de soledad que hay que leerla con detenimiento porque es un libro interesante. Claro está los clásicos de años atrás y en fin, un medio importante de dejar mensajes, hacer denuncias, y dejar a la posteridad la huella por su paso a este mundo.
Hoy al hablar de Nezahualcóyotl el señor de Texcoco al que despertaron de su sueño con el trenecito maya con el costo de arrasar el medio ambiente y despertar la protesta de los lugareños porque ya están viendo como la flora va siendo destrozada para darle paso al caballo de acero con el rostro de la muerte del Quetzal, el armadillo y muchas otras especies en peligro de extinción.
Crear progreso es bueno pero debe existir un equilibrio entre ese progreso y lo que significa vida, sobrevivencia y que pródigamente nos lo ha dado la naturaleza y que ninguna ambición desbocada deba o pueda acabar con lo que no les costó hacer y crear.
Esto es lo que no se debe hacer cuando los recursos naturales por siglos han dado vida y esperanza. Es verdaderamente lastimoso como ver las aguas del cañón del sumidero donde flotan animales muertos, basuras y también gente inconsciente debe reflexionar porque esa agua es vida, es energía con su fuerza en cascadas.
No encontramos otra fase bucólica, crítica, áspera que la expresión de un cómico que decía palabras más palabras menos: “yo tengo un trenecito que hace chucu-chuchu-chucu”.