En la opinión de Alfredo
Por: Alfredo González González
Inflación + Recesión = Miseria.
Vivimos a plenitud la inflación. Los precios se han disparado y obviamente el recurso económico va perdiendo su valor para llegar al momento de que quien oferta le disminuya la demanda.
Sin embargo y tratando de ser más objetivo con nuestros lectores ellos han sentido en forma cotidiana como se llega al final de la quincena o al final del mes. Ahora bien, habrá quienes aumenten a sus mercancías o servicios el 10% y ese porcentaje lo tendrá que pagar el consumidor. So pena de no degustar un bistec o un pescado bien aderezado y esa cadenita se va al taxista, a los usos y servicios de las acciones públicas municipales.
Es un carrusel porque como todos necesitamos de todos y en parte la cadena se van rompiendo los escalones llega un momento en que no hay equilibrio ni crecimiento económico. Con cierta medianía, y con bastantes dificultades, el 70% de los hogares mexicanos sobre todo en zonas caras como la nuestra tienen que desembolsar 500 pesos diarios.
Esto dará paso a lo que se llama recesión porque a la antesala de la que hablábamos líneas atrás se van a provocar los desempleos, la clausura de negocios y esa es la inercia económica más terrible que le pueda pasar a un pueblo. Al necesitar todo de todos en cuanto a servicios, ofertas, demandas, existe un equilibrio económico y este país lleva el choclo hasta las rodillas.
Pero además los daños colaterales surgen en automático, robo, secuestro, tráfico de menores, asaltos y muchas más calamidades producto de un país que lo destruyen por una falta de visión y verdaderas inversiones rentables. Ya olvídense del petróleo, necesitamos sembrar, pesca y altura, organizada en cooperativas que tenga sus empacadoras, áreas de congelación para colocar el producto cuando haya precio y para eso se necesita la magia destrozada que se llama fideicomisos.
Y lo que va de lo sublime a lo ridículo, cuando al preguntársele al ejecutivo federal sobre la inflación y la recesión quedo como impactado, como si el cansancio mental lo hubiese neutralizado. Su sistema nervioso central del área de respuestas parecía verse secado o a lo mejor fue el impacto de dos vocablos, uno más grave que el otro tratándose de la recesión.
Realizar obras de magnificencia cuando en el horizonte tenemos los nubarrones de la pobreza extrema y de muchos mexicos miserables no es sensibilidad de un político ponderado. Se da la impresión de querer pasar a la historia por medio de obras que por otro tiempo funcionaron del sexenio del 34 al 40 como el tata de Jiquilpan.
Bien sabe que el señor presidente que los países europeos ya determinaron y esto lo dijimos ayer o el viernes anterior que para el 2030 no existirá ningún automóvil que funcione con combustión interna. ¿A quienes se les va a vender el petróleo y sus derivados?
Lo que fue bueno ayer en un periodo inmediato será la sentencia económica de muerte para este país.