Por: Alfredo González González
Sudcalifornidad.
Loreto 70 y el Dr. Javier Carballo.
De la 1T que fue el plebiscito para la elección de don Agustín Arriola Martínez, primer gobernador civil y nativo vamos a dar un salto a Loreto 70 aunque cronológicamente es ilógico pero hay una interrelación muy precisa.
Una mañana penetre a la casa de la calle revolución número 33 y en la sala se encontraba Alejandro Martínez, Antonio Navarro Encinas, Cesar Castro Peña, Un servidor y parte de la familia Ortega Romero, el hijo mayor y Director del Eco de California cambiando impresiones. Era el año de 1970 aproximadamente por el mes de marzo.
El Génesis
El tema central era que ya se escuchaba el nombre de Luis Echeverría para la candidatura a la presidencia de la república. Los nexos con Cervantes del Rio eran muy estrechos, creo que hasta eran compadres. Obviamente se lo llevaría al gabinete ya que todavía el PRI era un partido hegemónico. Pero don Hugo no daba ninguna señal de que pudiera moverse algo para hacer propuesta para el futuro sucesor. Eso abrigaba desconfianzas porque seguro había luchado para poder llegar a tener un civil pero oriundo del estado de Jalisco.
Concluyeron después de dos horas de pláticas, expresiones encendidas que el único camino era un movimiento cívico político. Entonces Félix Alberto cito a los integrantes del consejo editorial. Se vuelve a tratar el tema y concluyen que el periódico se declara cabeza del movimiento. Se llamó a un notario y se firmó el acta de cuentas. Al día siguiente nos trasladamos a las playitas de la concepción en una casa que había tenido mejores tiempos y donde se había firmado el plan de las playitas la noche del 20 de junio de 1913 a raíz del asesinado de Madero.
El movimiento se mostró andando.
Debemos recordar con justa razón la actitud de cooperación del ing. Y piloto aviador Cesar Castro Peña que tenía un avión con el que fueron visitadas las delegaciones más apartadas y platicar con los líderes, explicarles que no era un movimiento contra el gobierno sino la civilizado de solicitarle al presidente el poder, llenar una ilusión cívica, política, porque además y eso vendría después: el estado libre y soberano.
Para el tres de mayo de 1970 aparece la página dos del Eco de California un poema que se titula levántate guaycura donde en una prosa libre se convocaba simbólicamente a los guaycuras y no permanecieran en un acto de contemplación, sentados y con las palmas de las manos hacia enfrente esperando a que algo cayera desde el cielo.
¿Por qué las fechas y el lugar del evento?
Don Agustín Arriola Martínez nació un 11 de octubre 1887. Con el tiempo se convirtió en padrino de bautizo de Félix Alberto Ortega Romero. El aguerrido periodista propuso la fecha como un homenaje no solamente al padrino de bautizo sino a un hombre que trabajo por esta tierra y por ello impulsa la responsabilidad de no perder nuestra identidad y Loreto porque es la cuna de la cultura donde se fundó la primera capital de la alta y Baja California y donde el jesuita construye la primera misión
En el acto de cuentas
Participaron el propio Ortega Romero, Don Loreto Idelfonso Green a nombre del pueblo de Loreto, el señor Francisco Manríquez, ponente de la reforma de ley orgánica de los territorios federales y don Alejandro D. Martínez que en una ardiente pieza oratoria decía los presentes: “No se debe tener miedo, es un acto y un movimiento legal sin desordenes. Pero es humano, es normal que una manada de potros no puede ser liderado por un lion por fiero que este sea…, sencillamente los sudcalifornianos queremos mandar en nuestra casa y no el vecino de enfrente”.
La síntesis de todas estas cosas: una voz que resonó en todos los ámbitos.
En una recopilación de diversos artículos el prólogo lo redacta el Dr. Francisco Javier Carballo Lucero:
Un libro nunca es un hijo del capricho o del azar, sino el producto palpitante de una serie de condiciones previas y actuales que por fuerza propia tiende a proyectarse como el porvenir. Y si se trata de una crónica de actos humanos, su palpitación le da el carácter de que sus páginas se abren con los brazos de un amigo.
Esta publicación reventada en el bronco suelo de sudcalifornia es el dibujo a grandes rasgos de un perfil que se ha asomado a nuestra historia en toda ocasión de que los habitantes del territorio de B.C.S. se han levantado para exigir derechos, reclamar justicia o defender sus hogares.
Márquez de León, Félix Ortega, entre otros.
Este perfil ha surgido con Márquez de León, con Félix Ortega Aguilar y con tantos otros que han cumplido con su parte la batalla de este pueblo la conquista de un destino, contiene por lo tanto las raíces de un impulso que comienza en el siglo pasado y que se prolonga hasta nuestros días, en los cuales un sueño añejo y una lucha cívica se han visto triunfar en los anales sudcalifornianos. Relata, por lo mismo, con letras, luces, y sombras, el momento cenital de un pueblo erguido que en 1970 pone, una vez más, su perfil hacia el sol para dejar constancia de su presencia en un lugar de la historia, lugar que corresponde a todos preservar hoy y mañana. Y si esta crónica, viviente, esta cruzada por las huellas del padre Salvatierra, no se debe tampoco al capricho circunstancial, sino porque precisamente en el año de 1970, en su último combate quisieron los hijos de esta península hacerse oír junto a la casa del primer sudcaliforniano espontaneo, convertida así un once de octubre en una gran central de energías, de ímpetus y esperanzas.
Que se conozca, pues, la verdad de un instante, su origen y la razón, el provecho de los que tienen fe de Baja California Sur.
El Jubileo
Hace dos años se cumplieron 50 años de Loreto 70 lo cual se convierte en una centuria si contamos de 1920 a 1970. Quiero bajo mi estricta responsabilidad dejar constancia de que el consejo editorial era un grupo de personas como Manuel Torre Iglesias, el propio Dr. Carballo Lucero, Félix Ortega Romero como uno de los periodistas más connotados, Ignacio del Rio, Eduardo Guzmán Dibene, Santos Fernando Escopinichi Osuna, asesores, el ingeniero Eduardo Velázquez Chávez , Álvaro González Sotelo, Mujeres entusiastas como Rosa Romero Vélez, las hermanitas Palemón, la señora consuelo Inzunsa, doña PonaCarballo, g entes que asistieron de Los Cabos, Comondu, Mulege, personajes como el Bobby García Manríquez hace poco fallecido igual que Felipe Ojeda Castro y los líderes y mineros de Santa Rosalía. Aun así alguien dijo que los de Loreto 70 era un grupo de exaltados. Buen calificativo. No se puede pedir maullando lo que por derecho nos corresponde y a una lucha cívica, a un combate legal se vale exaltarse respetando las reglas del juego.
El movimiento vio coronado sus éxitos el 2 de diciembre de 1970 cuando se nombra gobernador al Ing. Félix Agramont Cota, un hombre bondadoso y que trabajo con seriedad y firmeza.
Queremos reconocer la conducta ya que el día 10 de octubre llevaba la edición de ese sábado para repartirse entre los asistentes por instrucciones del director. Lo digo porque fue la responsabilidad y escribir la nota principal que decía: “Mañana Loreto es punto clave. Con un remate: “el norte y el sur estarán unidos”
Y el título del editorial: la mejor herencia para nuestros hijos”.
El llamado que hace Javier Carballo fue para un presente y un futuro cimentado en las cosas nobles de un pasado. Los supervivientes hoy observamos que los jóvenes deben conocer su historia. Quedamos unos cuantos. Paco Medina, Cirilo Zumaya, Rosita Romero y un servidor y el Lic. Mundo Lizardi, escritor de polentas venturosamente vivo. Pero es importante decir que fue una lucha no del que habla.
La clave del éxito
Se logró ciudadanizar el movimiento. Sin siglas, sin colores, sin condiciones sociales.