AL PUEBLO DE DIOS Y A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD
Celebrada la Navidad, la presencia viva de Dios con nosotros, y bajo su cuidado providente, iniciamos un año nuevo y lleno de novedades.
Nuestro pueblo ha manifestado en forma clara y rotunda su voluntad de cambio y ha elegido, por amplia y abrumadora mayoría, nuevas autoridades que nos prometen un nuevo régimen, una nueva relación con la ciudadanía y una profunda transformación de nuestra patria.
Como ciudadanos y como católicos, les ofrecemos nuestro respeto y leal colaboración. Apoyemos sus proyectos e iniciativas justas, nobles y buenas.
En el tránsito a una democracia más participativa, expresemos en forma libre, sincera y honesta nuestro parecer, de acuerdo a nuestras propias convicciones.
Favorezcamos el diálogo y el encuentro que nos hagaposible caminar juntos, evitando toda polarización que nos confronte, en la construcción de un México más libre, más justo y más igualitario, con desarrollo y bienestar integral para todos los ciudadanos sin exclusión.
Invocamos al Mesías, al único verdadero Dios por quien se vive, el que ama la vida y nos ha hecho personas, a su imagen y semejanza; el que ha nacido y ha venido a nosotros en forma discreta, sencilla y humilde, no para ser servido, sino para servir y entregarnos su propia vida.
Le pedimos que enriquezca con los dones de su Espíritu a nuestras autoridades, que les conceda inteligencia, ciencia y sabiduría para dirigir y escuchar a todos sus gobernados; que los aconseje interiormente y les permita rodearse de consejeros y colaboradores honesta y lealmente comprometidos con el bien común.
Que en el desempeño de sus funciones les de fortaleza y un espíritu piadoso, para que sepan buscar con corazón de hijos la voluntad del Padre que ama a todos los hombres y para que con corazón de hermanos busquen el bien común de todos y cada uno, privilegiando a los indefensos, a los que no tienen voz y a los que siempre han sido excluidos, marginados y olvidados.
Pedimos que otorgue a quienes integran los tres poderes de la unión en todos sus niveles el santo temor de Dios para que, de acuerdo con la justicia y el derecho, legislen, dirijan, administren y juzguen con la conciencia de que un día tendrán que dar cuentas de su gestión a Dios de quien procede toda autoridad, al Soberano de todos los reyes y señores de la tierra.
Invocamos a nuestra Madrecita Santa, nuestra Señora de Guadalupe y le pedimos que desde su casita santa nos siga brindando auxilio y cobijo y siga mostrando su amor y benevolencia a todos los pobladores de esta su tierra amada.
Con mi oración y mejores deseos:
FELIZ AÑO NUEVO 2019
+ Miguel Ángel Alba Díaz,
Obispo de La Paz, BCS