`HALCONES` CON PLACA Y PISTOLA
La infiltración de la delincuencia organizada en corporaciones Policiacas y otras Instituciones de Gobierno se ha padecido desde siempre, pero ahora esa relación tan apestosa como el tubo del drenaje se hace más evidente, aunque es cobijada por la impunidad y la inmoralidad de algunos funcionarios.
Para nadie pasa desapercibido el sospechoso y descarado `monitoreo` que realizan sicarios desde que una persona es detenida, para asesinarla saliendo de algún Juzgado Federal y común o del Centro de Reinserción Social (CERESO), en caso de ser liberada por Jurisperitos o Ministerios Públicos.
Saben quien, como, cuando, donde, porque y para que se captura a determinado individuo, por parte de Policías Municipales, Estatales, Federales e incluso el Ejército Mexicano y la Armada de Mexico.
El ataque a balazos que costó la vida a dos sujetos la noche del pasado 16 de Septiembre, cuando caminaban por las calles Luis Donaldo Colosio y Mexico, colonia Emiliano Zapata, volvió a poner en evidencia a instancias de Policía, Ministerio Publico y Jueces.
Pese a que son casos que por costumbre u orden oficial se ocultan, extraoficialmente se sabe que José María García Trejo, de 32 años y José Vidal Torres Ruiz, de 34, –las victimas- habían sido detenidos por la Marina un día antes, en el Municipio de Los Cabos.
Fueron puestos a disposición del Ministerio Publico de la Federación, y tras haber salido de una diligencia en el Centro de Justicia Penal Federal, fueron acribillados a unos metros del Centro de Reinserción Social (CERESO) y el Juzgado III Penal; en la esquina del estadio de Futbol de los Xolos de Tijuana.
Es el caso más reciente, pero de ninguna manera el único.
El 7 de Marzo de este año, también cuando salía de una diligencia en el Centro de Justicia Penal Federal, fue ejecutado Dante Abdiel Gallegos Cenizales, de 28 años.
En la calle Bahía e/ Antonio Álvarez Rico y Melitón Albañez, colonia Emiliano Zapata; a espaldas del Centro de Reinserción Social (CERESO), frente a las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) y a metros de dos Policías Municipales, que huyeron en su patrulla en vez de enfrentar a los sicarios.
Gallegos Cenizales, había sido detenido tres días antes por la Policía Estatal Preventiva (PEP) en San José del Cabo, por portación de arma de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
El padre de la víctima, dijo que sin orden de cateo y con lujo de violencia, los Policías entraron a su domicilio diciendo `venimos por el Dante` y se lo llevaron. Le `sembraron` el arma y finalmente lo `pusieron` para que lo mataran, indican fuentes cercanas a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJBCS).
Otro caso que delata la complicidad entre servidores públicos corruptos y la delincuencia, ocurrió el 25 de Noviembre del 2016 en las calles Mangenta y Dorado, de la colonia Arco Iris III.
Homero Rivera González, de 38 años y Martin Esteban Cervantes Marrufo, de 31, salieron del Centro de Reinserción Social (CERESO) y tomaron en la esquina el taxi del sitio `Presidente`, placas 82-11-ZNS, un Toyota, Corolla, fueron seguidos por los sicarios y luego acribillados.
El 5 de Abril de este año, cuando salía del Centro de Reinserción Social (CERESO) y pretendía abordar una camioneta Cherokee, Nitro, gris, fue asesinado con ráfagas de rifle AK-47, calibre 7.62 x 39, el Comandante del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Estatal Preventiva (PEP) Juan Salvador Díaz Moreno, de 40 años.
Es obvio que los homicidas sabían que las cámaras del Penal no funcionaban y las del Centro de Comunicación, Control y Comando (C-4) estaban tapadas por los arboles.
Se supone (solo se supone) que los reos no cuentan con teléfonos celulares para avisar a sus cómplices del exterior, quien visita el reclusorio o quién y a qué hora sale de él; eso pone en entredicho al personal de seguridad y custodia.
Es evidente que por filtraciones o indiscreciones del personal, fue asesinado la noche del 25 de Agosto pasado junto con su esposa, Daniel González empleado del Centro de Comunicación, Control y Comando (C-4), en una colonia de la periferia Sur de La Paz.
A eso se atribuye el asesinato del Comandante de Traslados del Centro de Reinserción Social (CERESO) José Zavala Fiol, el 3 de Diciembre del 2016, cuando llegaba a su casa de las calles Beige y Miraflores, fraccionamiento Camino Real.
Y el del custodio José Rosario Cadena Cota, perpetrado el 15 de Enero de este año, cuando llegaba a su casa de las calles Ciprés y Sonora, colonia Ruiz Cortines, en su camioneta Explorer, blanca.
O el homicidio del Subdirector del Centro de Reinserción Social (CERESO) de San José del Cabo, Carlos Paul Hernández Cota, el 7 de Junio de este año, cuando circulaba en un pick up oficial, por calles del fraccionamiento Costa Dorada.
Y la persecución y ataque a balazos al custodio Edgar Israel Órnelas, de 37 años, cuando transitaba por la avenida Forjadores de Baja California Sur y Veracruz, a bordo de un pick up, Chevrolet, S-10, negro.
Y varios casos mas que es obvio, se gestaron desde las mismas filas Policiacas y de Seguridad y Custodia, sin que haya un solo detenido o líneas de investigación, que lleven a identificar y sancionar a los responsables.