Luego de que en 1999 cambiara la historia de Baja California Sur, cuando el ex-priista Leonel Cota Montaño ganara la gubernatura de nuestra entidad por el PRD, al salir huyendo del Partido Revolucionario Institucional, resentido y haciendo berrinches, hoy en día el brabucón de Cota Montaño no es más que un tierno y encantador defensor del Partido Acción Nacional.
Y es obvia su defensa, toda vez que el vástago de Leonel Efraín Cota Montaño, trabaja nada más y nada menos que en la Administración Portuaria Integral, es por ello que hace hasta lo imposible por sumarle seguidores a Acción Nacional.
Es tanta la desesperación de Leonel Cota Montaño, que ha intentado convencer a Alfredo Porras Domínguez y Narciso Agúndez Montaño de realizar una alianza de facto con el Partido Acción Nacional, algo que es totalmente ilógico por parte del ex-gobernador perredista.
Y digo que es absurdo porque el gobierno en turno se encargó de meter a la cárcel al ex-gobernador Narciso Agúndez Montaño, Alfredo Porras Domínguez y Luis Armando Díaz, algo que jamás perdonarán estos ex-funcionarios de la administración pasada.
Una de las últimas e insignificantes responsabilidades que ocupó Cota Montaño, fue de vocero de los partidos de izquierda, responsabilidad en la cual duró muy poco, debido a que en un acto de agandalle y desesperación, clásico en él, se adelantó en dar a conocer en su cuenta de Facebook que las izquierdas ya tenían candidato a la gubernatura, en manos de Jesús Druk González.
De inmediato el Comisionado Estatal del PT, Alfredo Porras Domínguez, desmintió tal información, dando de baja al ex-mandatario estatal, Leonel Efraín Cota Montaño como vocero de las llamadas izquierdas, debido a este hecho tan lamentable.
El asiduo aficionado a las carreras de caballo, Leonel Cota, sigue creyendo e intenta operar como si aún fuera el gobernador, olvidando que todo eso ya es parte de su pasado, un pasado en el que sometió a instituciones, donde sólo sus órdenes eran cumplidas, de un oscuro historial en el agandalle del patrimonio de los sudcalifornianos, de una interminable corrupción, nepotismo y abuso del poder.