BALCONEANDO
¡NI COMO AYUDARLO!
Por Alejandro Barañano
A como están las cosas hoy en día, Víctor Manuel Castro Cosío se percibe ante los ojos de muchos totalmente desfasado y sin capacidad para calentar ningún espacio, incluso el sitio donde todavía se sienta; pero a pesar de ello no ha sido ajeno a varias turbulencias mediáticas y al “recio golpeteo” que ha venido sufriendo desde el interior de Morena, y que de seguir así visto está que no dejará a ningún títere con cabeza.
Su peculiar y muy arcaico estilo con que se maneja el maestro jubilado de secundaria es y ha sido siempre armar “guerritas” de manera cobarde y traicionera, y por eso se le está abriendo diversos frentes irreconciliables y divisiones muy agudas entre sus propios correligionarios. Pero así es “El Puchas”, y ni cómo ayudarlo.
Tan rústico y poco ortodoxo es su singular modo de operar que nunca aprendió a “tejer finito” ni con la sensibilidad que exige realmente la política, por lo que su burda presencia es impermisible con un típico discurso acartonado y una imagen por demás diluida y totalmente desdibujada.
Por otra parte los armisticios que ha estado orquestado con Narciso Agúndez Montaño y Alfredo Porras Domínguez –estas entre muchos otros– no son propiamente los que se ocupan para maniobrar rumbo a un puerto seguro, pues “El Puchas” desintegra todo lo que toca –tal y como es su costumbre- por tantas malas decisiones que ha tomado.
Así –presumiendo sin recato ni pudor alguno- sigue armando acuerdos de dulce, chile y manteca, pero ninguna de ellos con definición política ni ideológica, sino simplemente por el mero pragmatismo, producto por la descarnada lucha por el poder.
Por eso no se ha dado cuenta que está corriendo el riesgo de ser rebasado por la derecha o por la izquierda, tal y como se aprecia sucederá con Rubén Gregorio Muñoz Álvarez, y donde el “ganón” sin duda alguna será el actual presidente municipal de la ciudad capital sudcaliforniana.
Ahora bien, si fuera realmente Víctor Manuel Castro Cosío un hombre de izquierda –como advierte y presume-su proceder sería totalmente diferente, pues hasta ahora solo ha mostrado que no tiene capacidad para aprender ni entender el viejo oficio de la política, pues su insulsa terquedad con que se conduce es la misma que ha sostenido desde hace más de dos décadas, y eso ya no funciona ni impresiona a nadie, salvo a sus muy pocos y contados seguidores que aún lo vitorean.
En suma, al encargado de los Programas Federales del Gobierno de México –por una semana más– le urge que lo conduzcan mejor, que le ayuden a abrir los ojos, que lo reorienten, que le sumen y que ya no le resten, y lo más importante, que le actualicen su discurso y que lo hagan voltear para ambos lados.
Y es que tal parece que ya no tiene capacidad para entender que su modo de operar es tan solo una “mala jugada” –o lo que es lo mismo una pésima estrategia– que lo ha postrado en la picota pública como un tipo intolerante, insensible e incapaz de controlar a sus agresivos seguidores y que su mal carácter con que últimamente ha estado, quizás esto por las presiones de su encargo o tal vez por la precaria salud que posee, poco a poco lo ha ido mermando.
En lo personal lamento mucho que Víctor Manuel Castro Cosío se haya metido en tan tremendos vericuetos sin necesidad; lo conozco desde hace años y presumía incluso de su amistad, la cual se acabó de forma absurda y tajante tras la defensa a ultranza de una dama que más que ayudarlo lo está perjudicando, y lo lamentó tanto sobre todo porque conocía de sus alcances y de sus capacidades.
En síntesis y para concluir, ahora es momento que “El Puchas” necesita que lo apoyen a ser y no solo a que parezca, pues solo así podrá ver la luz al otro lado del túnel en que está metido, y que conste que se lo dije desde hace mucho tiempo; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .