- Nuestra solidaridad a Víctor Viveros Villa.
- Debemos revalorar el ejercicio Político.
- Venta de lotes en el cementerio Los San Juanes.
- Las razones de Alfredo Adler respecto a la administración municipal paceña.
Alfredo González González.
Conocí a Víctor Viveros Villa, pero primero conocí a su señor padre un mecánico de primera en la línea aérea Transmar de Cortés. Por aquel entonces hice un trabajo para el Eco de California donde destaqué la capacidad de Don Víctor. Después me encontré con uno de sus hijos el Lic. Víctor Viveros Villa como mi alumno de la clase de filosofía en la prepa Morelos. El domingo anterior fui informado del fallecimiento de su señora madre, quien se hizo cargo del hogar al faltar su compañero y le sobrevivió más de medio siglo. Hoy públicamente nuestra familia se solidariza con el actual director general de prevención y readaptación social, con bebita su esposa y con sus hijos y deseo dejarle este pensamiento: Cuando murió mi señora madre mi padre estuvo aun lado mío en el sepelio, esos minutos pagaron todos los años de ausencia y me dijo: “Estas heridas las cura el alma, hijo”. Hoy trasmito las mismas palabras a Víctor Viveros el tiempo va curando las heridas y además no mueren del todo cuando no los olvidamos te abrazo con todo afecto.
Por otra parte, debemos revalorar la Política y por lo que a nosotros respecta, referente a la herida más reciente del municipio de La Paz, Los Cabos, Mulegé, Comondú y Loreto, los cuatrienios anteriores, léase bien. Todo fracaso Político como al que nos referimos debe ser aunque amargas, experiencias para que cada día seamos mejores. Por ello, la historia más remota o reciente tiene como finalidad, analizar el pasado, compararlo con el presente y trazar el futuro sin contratiempos. No más dispendios, no más actitudes cínicas y no le deseamos mal a nadie, que sea la auditoría externa la que juzgue el manejo de los fondos municipales de los inquilinos anteriores y a esto no escapa Antonio Agúndez, ni aquellos que empujaron a las Diputaciones para quedar libres de sospecha. Pero en fin si resulta que no hay tal desvío por lo que respecta a La Paz, pues en alguna parte deberán estar las cantidades tan elevadas que se han manejado ante la opinión pública.
Es cierto, hoy se paga puntualmente a los trabajadores, hay luz eléctrica, recolección de basura y también hay que reconocerlo se ha contado con el apoyo Federal y Estatal y los propios esfuerzos recaudatorios municipales.
Quienes hayan traicionado la confianza y la amistad y al propio Partido de origen no merecen más que el desprecio y el señalamiento público.
Dándole vuelta a esta hoja, acaban de fallecer, dos mujeres que quisimos y respetamos: Pilar Insunza madre de nuestro amigo Nacho Insunza, Martín y Nacho hijo a quienes abrazamos con sinceridad. La segunda, María Soledad de Alonso, nuestra vecinita por muchos años. Y enviamos a Lupita ex alumna en un grupo de educadoras de la normal, y a Martín y el resto de sus hermanos nuestro cariño respetuoso. Sin embargo al ir a arreglar lo del terreno donde iba a hacer sepultada a un lado de su compañero de toda la vida Máximo Alonso, se llevaron la sorpresa de su vida pues el terreno había sido vendido, presuntamente por la administración municipal anterior. Política carroñera. ¿Cuántos casos más hay de estos? Seguí hilvanando a través de preguntas y nos encontramos que hay un terreno ubicado a la izquierda de la puerta principal que se vendió al parecer para los difuntos VIP. Esto llena de indignación porque al saturarse el cementerio los últimos que fallezcan quedarán pegados a la barda Este del camposanto. Nos informan extraoficialmente que en Jardines del Recuerdo deben investigarse algunos errores, donde al parecer, dije al parecer, se podrían presentar casos similares. Todo esto herencias recientes que habrá de sortear Armando Martínez Vega, que repito, recibió un cochinero.
La frase de este lunes: “La ambición del poder y el hartazgo de dinero es lo que finalmente pierde al hombre” (Alfredo Adler)